Los Spurs han frenado esta noche a los Warriors. ¡Y de qué manera! Ofreciendo toda una exhibición defensiva, mostrando su mejor catálogo táctico y dejando al rival reducido a la mínima expresión. Victoria texana por 87-79. Jamás el ataque de Golden State había sufrido así.
Warriors estuvo 37 puntos por debajo de su media anotadora. Parece increíble que un equipo así no pudiera llegar a los 80 tantos, pero es que delante estaba la mejor defensa, sin duda, del campeonato.
El partido ya se inició por unos derroteros que auguraban el sufrimiento californiano. El 17-18 del primer cuarto parecía marcar tendencia, y de hecho la marcó. Pero con lo que nadie contaba es con que el equipo de Steve Kerr se fuera del último cuarto con solo 14 puntos anotados. Una ruina y la derrota. Ahora, Spurs presenta una marca de 59-10 y Warriors está en 62-7. No está todo el pescado vendido.
La fortaleza de San Antonio en el AT&T Center queda fuera de toda duda, por si no lo estaba. El equipo de Gregg Popovich suma ya un perfecto 33-0 en el curso y acumula desde la pasada campaña 44 victorias consecutivas como local, marca que empata la segunda mejor de todos los tiempos.
Popovich, Aldridge y Leonard
Lo mejor de estos Spurs es que se han 'reinventado' sobre la marcha. El dúo R.C. Buford-Gregg Popovich ha renovado el equipo poco a poco, con paciencia, y San Antonio se ha reconstruido desde la victoria, sin ceder nunca en su poderío deportivo.
De este modo, anoche, Tony Parker metió 6 puntos, Manu Ginóbili hizo 9 (3 triples) en 18 minutos partiendo desde la banca y Tim Duncan jugó 8 minutos ejerciendo como suplente por tercera vez en su interminable carrera. Es decir, la vieja guardia no fue importante en el triunfo.
Lo fueron otros. Un tremendo LaMarcus Aldridge (26 puntos y 13 rebotes), el casi siempre inabarcable Kawhi Leonard (18 tantos y 14 rebotes) y Boris Diaw, importante desde la titularidad.
Porque esa fue otra. La decisión táctica de Popovich de dejar en el banquillo a Duncan -una estrella maravillosa que permite esto- y poner en juego a Diaw ofreció a los locales una mayor movilidad en la cancha frente a la apuesta dinámica de estos Warriors. Y la decisión se comprobó acertada.
Los Warriors, sin Andrew Bogut y Andre Iguodala, desconocidos. Con Stephen Curry y Klay Thompson sin superar los 15 puntos por cabeza y firmando un 11 de 38 en el tiro de campo y un 2 de 19 en el triple. Baste decir que el gran Curry acabó con 1 triple de 12 intentos. Noche para olvidar.