Los peores pronósticos se han cumplido, aunque, en realidad, era lo esperado. La imagen de Joakim Noah corriendo a grito pelado por la pista sujetándose el hombro izquierdo no hacía presagiar nada bueno. Y nada bueno ha ocurrido.
Chicago Bulls ha anunciado que su jugador tendrá que pasar por el quirófano para recuperar el hombro dislocado y que se estima que estará de baja entre 4 y 6 meses. Es decir, Noah dice adiós a la temporada.
Al jugador se le salió el hombro en el segundo cuarto del Bulls-Mavs, en una jugada fortuita con JaVale McGee. Al final, le colocaron el hombro en el vestuario y fue evacuado al Midwest Orthopaedics at Rush de Chicago, donde se le practicó una resonancia magnética y donde se determinó que tendría que pasar obligatoriamente por el quirófano.
Llovía sobre mojado, porque el internacional francés ya se había lesionado ese mismo hombro el 21 de diciembre, lo que le causó una baja de unas 3 semanas que le dejó fuera de 9 partidos.
Situación difícil
Noah estaba teniendo un año complicado. Había perdido la titularidad en el equipo y sus minutos habían decrecido, algo doblemente grave si se tiene en cuenta que está en el último año de su contrato.
Por eso, no había dudado en expresar su descontento. Aun así, no perdió su concentración e intensidad en la pista, si bien su ofensiva no terminaba de cuajar. Sus medias en la temporada: 4,3 puntos, 8,8 rebotes y 3,8 asistencias en 29 partidos jugando 21,9 minutos por encuentro. Con un paupérrimo 38% en el tiro de campo.
Ahora, con su baja de larga duración, Chicago podrá demostrar lo que muchos piensan, que es uno de los equipos con mejor juego interior de la NBA.
Será una buena oportunidad para que el novato Bobby Portis gane minutos. Eso sí, la baja de Noah es de gran importancia y obligará a que Pau Gasol no llegue al final de temporada tan descargado de minutos como querían tanto el jugador como su entrenador, Fred Hoiberg.