Era de esperar. Porque no existen los milagros. Chicago Bulls se desfondó en el Madison Square Garden de Nueva York al tener que jugar un partido 24 horas después de disputar un encuentro con 4 prórrogas. Pau Gasol ni siquiera viajó a la Gran Manzana.
Fred Hoiberg decidió dar descanso a Gasol, que había protagonizado un partidazo en la derrota ante Pistons, pero que había tenido que jugar 48 intensos minutos. Pesan los 35 años del español. Es lógico. Por eso, la decisión de su técnico es más que comprensible.
Pero al resto de los hombres importantes de Bulls también se les vio cascados. No estuvieron frescos ni fluidos Jimmy Butler y Derrick Rose. Taj Gibson, tampoco. Nikola Mirotic anduvo horrible. Solo se salvaron dos jugadores: Joakim Noah, que fue titular, y el novato Bobby Portis. El primero resurgió a nivel ofensivo con 21 puntos y 10 rebotes y Portis hizo nada menos que 20 tantos y 11 rebotes en solo 23 minutos.
Y la derrota ante los Knicks fue contundente: 107-91. Los neoyorquinos, liderados por un gran Carmelo Anthony (27 puntos con un 60% en el tiro de campo), equiparan sus victorias y derrotas de la temporada con un balance de 14-14.
Arron Afflalo fue el perfecto lugarteniente de Melo, Kristaps Porzingis anduvo normalito y José Manuel Calderón firmó 5 puntos y 5 asistencias en 23 minutos de juego.