Esta vez sufrieron y de verdad. Los Warriors sobrevivieron a la ausencia de Klay Thompson (lesionado) ganando en Boston a los Celtics tras jugar 2 prórrogas. Ahora, están ya con un tremendo 24-0 y acumulan 28 victorias consecutivas, la segunda mejor racha de la historia de la NBA.
Tienen por delante solo los 33 triunfos al hilo de Lakers en la década de los 70. Pero estos Warriors lo pasaron muy mal ante unos Celtics que ya pudieron ganar el partido en el final del último cuarto con un tiro de Isaiah Thomas que fue taponado.
El partido acabó con 103-103 en su tiempo reglamentario y con empate a 110 tras el primer tiempo extra. Al final, 119-124 para los de Luke Walton con Stephen Curry y Draymond Green al frente. El primero sumó 38 puntos, 11 rebotes y 8 asistencias, pero tuvo un bajo porcentaje en el tiro de campo y perdió 8 balones. El segundo lo bordó: 24 tantos, 11 rebotes, 8 asistencias, 5 tapones y 5 robos. No se puede ser más completo.
El equipo visitante salió con Brandon Rush e Ian Clark como titulares ante las ausencias de los lesionados Klay Thompson y Harrison Barnes, y tuvo a muy buen nivel a los suplentes Andre Iguodala y Festus Ezeli, con sendos dobles dobles.
Unos Warriors humanos
Los de Oakland ganaron pese a no llegar al 40% en el tiro y meter solo 9 triples. Eso sí, dominaron el rebote.
Ante esos Warriors aparentemente humanos, unos Celtics que siguen haciendo una gran temporada y que tuvieron a Kelly Olynyk en 28 puntos partiendo desde la segunda unidad. Avery Bradley e Isaiah Thomas (18 puntos y 10 asistencias con poco acierto en el tiro) ayudaron en la ofensiva.