Bárbara demostración de clase de Stephen Curry en el Warriors-Bulls, partido que terminaron ganando los locales con 27 puntos del base para colocarse con un perfecto 14-0 en la clasificación.
Se jugaba el tercer cuarto y el luminoso lucía un empate a 54. Entonces, Curry encara en el medio de la pista a Kirk Hinrich y con una auténtica exhibición de control del balón, pies y técnica individual en general se va de su defensor, penetra a canasta y anota fácil ante la tímida presencia de Pau Gasol. Una auténtica joya de un jugador imparable.