Ty Lawson ha sido arrestado a lo largo de este año en 2 ocasiones por conducir bajo los efectos del alcohol, una en Denver y otra en Los Ángeles, y debe afrontar sendos juicios por ambas detenciones. Este jueves se celebró el primero de ellos, en Denver, y el jugador, ahora en los Rockets, se ha declarado culpable.
Lawson ha aceptado los cargos por conducir con la capacidad deteriorada y no ser capaz de mantenerse en su carril. A cambio, se le han retirado las otras acusaciones que pesaban sobre él y que incluían el conducir con exceso de velocidad -iba a casi 100 kilómetros por hora en una zona limitada a 55 cuando fue detenido-, la conducción bajo los efectos del alcohol y conducción imprudente.
La sentencia sobre el caso está previsto que se dicte el próximo 14 de enero y podría llegar a los 6 meses de cárcel, si bien lo más probable es que el juez opte por una condena más benévola que incluya un periodo de libertad condicional.
Serios problemas con el alcohol
Los hechos se remontan al pasado mes de enero, cuando la policía de Denver dio el alto a Lawson más allá de la 1 de la madrugada tras comprobar que conducía de forma errática y más rápido de lo permitido. Ante los síntomas de embriaguez que presentaba, el entonces jugador de los Nuggets fue arrestado y trasladado a comisaría.
No ha sido su único problema con la justicia este año. El pasado mes de julio fue arrestado en Los Ángeles por el mismo motivo. Un segundo arresto que llevó a Lawson a ingresar en un centro de rehabilitación para tratar sus problemas con el alcohol.
El base fue traspasado a los Rockets este verano, pero su rendimiento en Houston ha dejado mucho que desear hasta el punto de que ha perdido su condición de titular. En 12 partidos ha promediado 8,3 puntos y 5,3 asistencias en 35 minutos de juego con malos porcentajes de tiro, muy lejos del rendimiento al que nos tenía acostumbrados en los Nuggets.