Wilson Chandler no ha jugado ni un minuto en la actual temporada y ya no lo hará. Los Denver Nuggets anunciaron ayer que el alero debe pasar por el quirófano para reparar un desgarro en el labrum de la cadera derecha y se despide así definitivamente de la actual campaña NBA.
Chandler no había podido debutar en la temporada hasta el momento por lo que se creía que era una simple lesión muscular en la cadera, pero las pruebas médicas han mostrado finalmente que el problema es bastante más serio y el jugador tiene dañado el labrum, es decir, el anillo cartilaginoso sobre el que se inserta y rota el fémur en la cadera. Una lesión complicada que hace necesaria la cirugía y le impedirá jugar en lo que resta de temporada.
El alero, que extendió este verano su contrato con los Nuggets por 4 temporadas, se ha mostrado decepcionado y frustrado tras conocer el alcance de una lesión que tira por tierra todo el trabajo que ha llevado a cabo este verano para tratar de que este fuera su año.
Chandler lleva con los Nuggets desde 2011, llegó desde los Knicks como parte del traspaso de Carmelo Anthony, y ha jugado con ellos 212 partidos, 163 como titular, con unos promedios de 13,4 puntos y 5,3 rebotes. El año pasado jugó 78 partidos y aportó 13,9 puntos y 6,1 rebotes por encuentro.