Ty Lawson parecía tener ganas de salir de Denver para recalar en un equipo con más aspiraciones, pero sus problemas con el alcohol y la ley lo habían puesto complicado. Para lograrlo, Lawson ha renunciado a la garantía de su contrato para la temporada 2016-17.
Según asegura Zach Lowe, columnista de Grantland que cita fuentes cercanas a la operación, Lawson habría aceptado convertir su último año de contrato en no garantizado para vencer las reticencias de los Rockets dados los sucesos protagonizados por el jugador en los últimos días, con una nueva detención por conducir bajo los efectos del alcohol y el anuncio de que ingresaría en un centro de rehabilitación.
El ya nuevo base de los Rockets apuesta de esta manera muy fuerte por sí mismo, aun a riesgo de poder perder los más de 13 millones de dólares de salario que tenía garantizados para la temporada 2016-17.
Los Rockets, que rebajan enormemente el riesgo de la operación, confían en cualquier caso en que el jugador deje atrás en Houston sus problemas y se integre sin problemas en una plantilla en la que hay jugadores muy cercanos a él como James Harden o Corey Brewer.