Está claro que a estas alturas de la película hay cuestiones que importan más a Paul Pierce que el dinero. Por encima de salarios, el veterano jugador ha primado la cuestión deportiva y también la personal. Por eso, Pierce jugará en Los Angeles Clippers la próxima temporada.
El acuerdo que firmará Pierce se extenderá por 3 años y está valorado en 10,6 millones de dólares. Era todo lo que le podía ofrecer el equipo angelino, pero parece que ha sido suficiente. De este modo, según informan en ESPN Ramona Shelburne y Marc Stein, el jugador quedará vinculado al equipo de su ciudad natal hasta 2018.
En la decisión del jugador californiano han pesado varios aspectos. Uno es el gran poderío de la plantilla de los Clippers, que intentará aspirar al anillo. Otro radica en que va a ser entrenado por Doc Rivers, técnico con el que compartió vestuario 9 años en los Celtics y con el que ganó el anillo en 2008. Además, Pierce nació en Los Ángeles y parece que quiere terminar su carrera en su ciudad natal.
Tres equipos en tres años
Lo cierto es que tras una carrera apegada a tan solo un equipo, Boston Celtics, Pierce ha vivido de un lado para otro últimamente. De hecho, Clippers será su tercer equipo en 3 años tras pasar por Brooklyn Nets y Washington Wizards, equipo éste en el que ahora mismo debe reinar una gran decepción por no haber podido retenerle en sus filas al jugador.
A sus 37 años, Pierce va a afrontar su decimoctava temporada en la NBA, liga en la que ha jugado 1.250 partidos de campaña regular promediando 20,7 puntos para ser el decimosexto anotador de su historia. Ahora, esta leyenda viva del baloncesto se desplaza a su hogar infantil para buscar su segundo anillo.