Las Finales de la NBA regresan a California y lo hacen igualadas, con un 2-2 que deja las espadas en todo lo alto y que asegura, como mínimo, un sexto partido. Este quinto tendrá un gran peso, ya que cuando un equipo se ha puesto en unas Finales con un 3-2 viviendo de empate a 2 ha ganado el anillo 20 de 28 veces.
La estadística se rompió, por ejemplo, en 2013 con LeBron James como protagonista. Los Spurs ganaban 3-2, pero perdieron los 2 últimos partidos y el título fue para Miami Heat.
Fuera de las estadísticas, la impresión es que Golden State es el favorito tras superar una situación de máxima presión en el cuarto encuentro. Además, se ve a los Warriors menos castigados físicamente que a los Cavs.
A Cleveland se le vio algo fundido en el cuarto encuentro, justo el día en el que podía prácticamente definir las Finales si se hubiera puesto 3-1. Pero a los tres primeros duelos igualados, dos de ellos resueltos con prórroga, les sucedió un cuarto duelo en el que Warriors arrolló al rival por 82 a 103.
Un cambio estratégico
Hasta ese cuarto partido parecía claro que David Blatt estaba ganando la batalla táctica a Steve Kerr, pero un cambio de estrategia en ese cuarto juego resultó vital. Los Warriors salieron con un quinteto bajo prescindiendo de Andrew Bogut e introduciendo a un crucial Andre Iguodala, que brilló en ataque y sobre todo en defensa en la marca de LeBron James.
Todo apunta a que Golden State volverá a apostar por un quinteto más bajo que le aporte más dinamismo en ataque, un ritmo superior de juego y mejores opciones defensivas sobre LeBron, que es el indiscutible rey de la final, pero que ve con preocupación cómo el efecto Matthew Dellavedova se desinfla y cómo J.R. Smith no aparece.
Mientras, algunos piden a David Blatt que tire de los veteranos y les dé más minutos, aunque no está claro que esto vaya a suceder.
En los Warriors, aún está por ver una explosión real de juego de Stephen Curry, que no ha llegado a producirse hasta la fecha. Eso sí, fue una buena noticia para el equipo californiano sentir la recuperación física y anímica de Draymond Green.