La peor noticia para los Trail Blazers anoche no fue la derrota ante los Grizzlies, sino el hecho de que dos de sus hombres más importantes, LaMarcus Aldridge y Nico Batum, no pudieran terminar la primera parte del encuentro. Aldridge preocupa especialmente.
El ala-pívot de los Blazers se lastimó la mano izquierda, la misma que ya le tuvo apartado del juego durante varios encuentros en el mes de enero. La lesión, aparentemente, se produjo al recibir un manotazo de Tony Allen en el primer cuarto cuando el jugador de los Grizzlies trataba de robar el balón.
Aunque las radiografías han mostrado que no existe fractura, Aldridge abandonó el pabellón con la mano vendada y aseguró que los médicos le habían recomendado descanso y no apresurar su regreso, por lo que es de esperar que se pierda varios partidos.
El jugador cree, en principio, que esta nueva lesión no está relacionada con el ligamento del dedo pulgar de la misma mano que se dañó en enero, una lesión de la que inicialmente se iba a operar, lo que hubiera supuesto una baja de entre 6 y 8 semanas, intervención que más tarde decidió posponer a final de temporada para poder seguir jugando.
Los Blazers perdieron también anoche al francés Batum que no pudo saltar a pista en la segunda mitad por culpa de molestias en la espalda que se extendían a las piernas. El alero tendrá que descansar también los próximos partidos a la espera de que desaparezca el dolor de la zona lumbar, lo que suma otra importante baja para los de Portland en el siempre decisivo final de temporada.