Resulta complicado pensar en un escenario inaugural más cruel para los Lakers. Bueno sí, solo hubiera sido peor si se hubiera vuelto a lesionar Kobe Bryant.
Los angelinos, plagados de bajas por lesiones como el año pasado, cayeron por 18 puntos en casa ante Houston y perdieron por lesión seria al chico que más ilusionaba a la grada: Julius Randle. El novato se rompió una pierna en el cuarto final.
L.A. Lakers 90 Houston 108
No hubo partido. A los 6 minutos de juego los Lakers ya habían encajado 18 puntos y veían cómo el rival les doblaba en el marcador. Al final de la primera parte: 45-62. La defensa de los californianos seguía siendo el coladero del pasado curso. La segunda parte hubiera sobrado por completo de no ser por la seria lesión del novato Julius Randle, que se rompió la tibia derecha. Un desastre.
James Harden dominó un encuentro en el que Jeremy Lin estuvo mal ante su antiguo equipo y Dwight Howard volvió al Staples para ser silbado y errar tiros libres. Harden metió 32 puntos. Además, muy bien Terrence Jones con 16 tantos y 13 rebotes, amable debut de Papanikolaou en la NBA y buena noche en ataque y defensa de Trevor Ariza, que metió 16 puntos con acierto desde el triple, metió 5, y defendió a Kobe Bryant. No jugó Francisco García.
En Lakers, 19 puntos de Kobe, que fue de más a menos y 17 de Carlos Boozer, que fue de menos a más. Los primeros cambios del equipo angelino en el partido implicaron que salieran a la pista Jordan Clarkson y Ronnie Price. Los nombres hablan por sí solos.