El alero de Phoenix Suns P.J. Tucker tendrá que cumplir una pena de 3 días de cárcel y 11 más de arresto domiciliario tras su detención en el mes de mayo por conducir con casi el triple de la tasa de alcoholemia permitida. Su castigo podría haber sido mucho mayor.
Las leyes de Arizona contemplan, en principio, una pena mínima de 45 días de cárcel cuando el conductor supera el 0,20 de alcohol en sangre, como ocurrió en el caso de Tucker. Sin embargo, el jugador ha logrado reducir el castigo tras llegar a un acuerdo con la fiscalía y declararse culpable.
Además de la pérdida temporal de libertad, Tucker tendrá que tener instalado en su coche durante 18 meses un dispositivo que impide el arranque si antes el conductor no demuestra que no ha bebido. También tendrá que asistir a terapia contra el abuso de drogas, pagar 2.750 dólares en multas, asumir las costas judiciales y permanecerá en libertad a prueba durante un periodo de 5 años.
Aunque el cumplimiento de la pena no impedirá que inicie la pretemporada con el resto del equipo, el jugador, que ha pedido públicamente disculpas por lo sucedido, será probablemente sancionado deportivamente por la NBA con uno o varios partidos de suspensión tras su condena.