Parecía que los pasos de Chris Bosh estaban encaminados a tierras texanas tras la decisión de su compañero LeBron James de abandonar Miami, pero Pat Riley ha decidido echar el resto para conseguir que se quede y lo ha logrado ofreciéndole lo máximo que podía ofrecer.
Un contrato por 5 años y 118 millones de dólares ha conseguido convencer a Bosh para seguir en la franquicia de Florida. Y es que Riley, tras conocer la marcha de James, no ha tenido más remedio que subir la oferta por el ala-pívot para evitar que el equipo se desmoronase y hubiese que empezar una reconstrucción casi de cero.
Ahora, los esfuerzos de Miami se estarían centrando en renovar a Dwyane Wade y Udonis Haslem, dos jugadores ligados de toda la vida a la franquicia, con acuerdos más cortos y a partir de ahí, tratar de fichar algún agente libre con el que paliar la marcha de la gran estrella del equipo.
La decisión de Bosh, que horas antes parecía estar a punto de firmar con los Rockets, deja al conjunto de Houston compuesto y sin novia y con una importante decisión por delante. La franquicia debe decidir si iguala la oferta de los Mavs a Chandler Parsons, lo que mantendría su equipo actual, o le deja ir para poder tener mayor flexibilidad el próximo verano a la hora de tratar de mejorar la plantilla.