Los Sixers estaban pendientes de que dos de sus jugadores, Byron Mullens y Jason Richardson, ejercitaran o no las opciones de jugadores de sus contratos. Se esperaba que ambos siguieran, pero finalmente, Mullens ha decidido no hacerlo y probar suerte en el mercado como agente libre.
Mullens, de 25 años, había llegado a los Sixers mediada la temporada después de que los Clippers, con los que había firmado por 2 años el pasado verano, decidieran desembarazarse de él para ahorrar salarios.
En el conjunto de Filadelfia había doblado su presencia en pista respecto a su paso por los Clippers y promediado 6,8 puntos y 3,3 rebotes, cifras aun así lejanas a las que firmó en sus mejores campañas con los Bobcats. Pese a que en los Sixers parecía tener opciones de disputar minutos la próxima temporada, el jugador ha preferido renunciar a su segundo año de contrato y buscar otro destino.
Quien sí ha hecho lo esperado ha sido Richardson. El veterano escolta no jugó un solo partido la pasada temporada por culpa de una lesión de rodilla por la que lleva ya un año y medio de baja. Consciente de que con tal panorama le iba a resultar difícil despertar el interés de otros equipos, ha preferido hacer caja y cobrar los 6,7 millones que tenía comprometidos para el año que viene, último de su actual contrato.