Serge Ibaka fue el catalizador de un nuevo estado de ánimo de los Thunder. El jugador hispanocongoleño jugó por sopresa cuando ya se le había dado por descartado para el resto de los playoffs y su aparición contribuyó de forma decisiva a que su equipo, OKC, ganara su primer partido de las Finales del Oeste y salvara, por ahora, una situación angustiosa.
A las consabidas aportaciones de Kevin Durant y Russell Westbrook se sumaron esta vez las contribuciones de Ibaka, que jugó 30 minutos a muy buen nivel, y Reggie Jackson, que fue titular en lugar de Thabo Sefolosha.
En los Spurs casi nada funcionó. El equipo nada tuvo que ver con la máquina de hacer baloncesto de los 2 primeros partidos. Manu Ginóbili (23 puntos en 24 minutos) fue, sin duda, el mejor visitante. Y Tim Duncan también se salvó de la quema. Porque Tony Parker no apareció y su equipo lo notó mucho.
Oklahoma City 106 San Antonio 97 (1-2)
Visto así, el resultado podría inducir al error de que hubo paridad en el encuentro. Y la hubo, pero desde luego no al final, porque el último cuarto resultó cómodo para un equipo local que llegó a ir ganando por 20 puntos. Es decir, no hubo emoción alguna en el desenlace.
El primer cuarto había acabado 29-28 para OKC pese a que el equipo local había anotado el 63% de sus tiros de campo. Preocupante dato para el equipo de Scott Brooks, que se fue al descanso con un 57-53 a favor tras un increíble espectáculo final de triples de Manu Ginóbili y Russell Westbrook. Ambos metieron 4 triples, 2 por cabeza, consecutivos. Los 2 últimos, de Ginóbili sobre la bocina de posesión y de Westbrook sobre la bocina del descanso. Maravilloso final de la primera parte.
Luego vino un extraño tercer cuarto en el que los de Gregg Popovich bien pudieron quejarse por la disparidad de los colegiados. ¡Porque en el tercer cuarto OKC lanzó 22 tiros libres y San Antonio 0!. Fue un cuarto delicado para Thunder, que vio cómo Serge Ibaka cojeaba y tenía que retirarse a vestuarios.
Fue una falsa alarma, porque el internacional español se reincorporó luego al juego para participar de la fiesta local en el último cuarto, un cuarto que empezó con un 83-76 en el marcador y que al poco tiempo había disparado las opciones de Thunder con un parcial de 7-0 cerrado con un triple de Caron Butler para poner el 90-76 en el electrónico.
A partir de ahí, no hubo más equipo que el local. La ventaja llegó a alcanzar los 20 puntos tras una canasta de Westbrook (104-84 a 4:01 del final) y poco después Ibaka, entre una gran salva de aplausos, fue sustituido. Quedaba 3:17 para el final y su equipo seguía ganando por 20. De ahí a la conclusión, todo fue maquillaje de unos Spurs impotentes.
Ganaban así los Thunder con Ibaka como sumo hacedor de una nueva imagen de equipo. Reggie Jackson fue titular en lugar de Thabo Sefolosha, que no jugó, al igual que no lo hizo Nick Collison. Fueron los grandes damnificados de OKC, un equipo que contó con 26 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias de Russell Westbrook y 25 tantos y 10 rebotes de un Kevin Durant que no está súper porque está siendo muy bien defendido. Hasta ahí, todo normal.
Pero para ganar, OKC necesitaba más hombres, y esos hombres fueron, sobre todo, Ibaka, Jackson y, en menor medida, Steven Adams (7 puntos, 9 rebotes y 4 tapones en 28 minutos). Ibaka protagonizó un gran arranque de partido y defendió a gran nivel para acabar con 15 puntos, 7 rebotes, 4 tapones y un 6 de 7 en el tiro en 30 minutos de acción. El equipo tiene otra fisonomía con él en pista. Y Jackson aprovechó su titularidad para sumar 15 tantos y 5 pases de canasta. Los locales dominaron el rebote, pusieron 10 tapones, defendieron mucho mejor y controlaron el final de partido.
San Antonio no encontró su sitio, estuvo por debajo del 40% en el tiro de campo y se mostró impotente en la recta final. Manu Ginóbili fue el mejor visitante con partidazo en sus piernas, manos y cabeza. El argentino concluyó con 23 puntos, 4 asistencias y 2 robos en solo 24 minutos en los que dio un clinic en el tiro con un 6 de 9 desde el triple. Tim Duncan acabó con 16 puntos y 8 rebotes y Boris Diaw también se salvó de la quema.
Pero a Spurs le faltaron muchas piezas. Tony Parker no fue Tony Parker, Kawhi Leonard brilló en defensa pero no aportó en ataque, Danny Green no contribuyó desde el exterior... en definitiva, no fue el día más feliz de San Antonio.