Cleveland Cavaliers ha efectuado un par de importantes movimientos en las últimas horas. Por una parte, la franquicia ha despedido a su entrenador, Mike Brown. Y, por otra, ratifica en el puesto de general manager a David Griffin, que hasta ahora ocupaba el cargo con carácter interino.
El despido de Brown como entrenador llega cuando apenas llevaba una temporada al frente del equipo en esta su segunda etapa con los Cavs.
No fue una temporada fácil ni exitosa. Cleveland decepcionó, sufrió muchos problemas en el vestuario y terminó la temporada con un pobre 33-49 que le dejó fuera de los playoffs al quedar décimo en el Este.
Nada que ver con la primera etapa de Brown en el equipo, aquellos Cavs de LeBron James que dirigió entre 2005 y 2010 y que llegaron a ser finalistas de la NBA.
Un negocio muy duro
El dueño de la franquicia, Dan Gilbert, ha afirmado: "Este es un negocio muy duro". Con esa frase ha justificado el despido afirmando después que Brown ha trabajado duro, pero que el equipo necesita una dirección diferente.
Brown no tiene suerte últimamente, ya que su paso por los Lakers aún fue más fugaz al ser despedido tras 5 partidos de temporada regular, el despido más rápido en la NBA desde 1971.
El despido de Brown ha coincidido con la ratificación de David Griffin como general manager del club.
Griffin era general manager interino desde el mes de febrero, mes en el que fue despedido Chris Grant, que tuvo un paso efímero por el cargo.