Polémico final en el Warriors-Clippers. Tercer encuentro de la serie y victoria por 96-98 de los angelinos tras un intento triple final de Stephen Curry para buscar la victoria que se quedó cortísimo. Los locales pidieron falta de Chris Paul sobre el tirador, pero los árbitros no pitaron nada.
Los Clippers ganan así 2 partidos seguidos para recuperar el factor cancha perdido en el primero. Desde luego, esta segunda victoria, apurada y polémica, nada tuvo que ver con el 138-98 de la primera, aunque bien pudiera haber sido parecido si los Clippers hubieran sido capaces de cerrar el encuentro cuando ganaban por 18.
En esta segunda victoria lo que más peso tuvo en los ganadores fue la tremenda superioridad ofensiva y defensiva de Blake Griffin (32 puntos) y DeAndre Jordan (22 rebotes y 5 tapones) en los tableros.
Golden State 96 L.A. Clippers 98
Stephen Curry había metido un impresionante triple tras un tuya-mía con David Lee, un triple que ponía el 96-97 a 11 segundos del final y que calentaba definitivamente a la grada del Oracle Arena. Acto seguido, Chris Paul erró un tiro libre y metió otro para el 96-98. La jugada final correspondía a los locales. Y ahí llegó la polémica.
Con 96-98, Curry hizo un gran movimiento de pies para poder lanzar un triple bastante forzado ante la marca de Chris Paul. Un pie de Curry estaba al límite de pisar, pero la discusión radicó bastante por encima del suelo. El tiro de la estrella local quedó cortísimo y los Warriors pidieron falta de Paul por tocar el codo de Curry cuando ejecutaba el lanzamiento. Los árbitros no consideraron que hubiera falta y la victoria se fue a Los Ángeles.
Antes de ese momento, se había vivido un partido muy propio de playoffs. Con pocas concesiones y con dureza, como se vio en las flagrantes pitadas a Draymond Green y Matt Barnes por su empleo físico contra Blake Griffin y Andre Iguodala. Un partido que nada tuvo que ver con el apabullante 138-98 del segundo de la serie. Esta vez, hubo igualdad hasta cierto punto, ya que en un comportamiento muy propio de playoffs hubo vaivenes importantes.
El más importante, tras el descanso, cuando se pasó de un 43-46 a un 47-65 para Clippers, 18 puntos tras un gran parcial en el que la ofensiva de Griffin brilló. Pero esta vez los angelinos no supieron cerrar el encuentro.
Un encuentro en el que brilló el juego interior de Clippers. Sin Andrew Bogut, con un David Lee menor y con Jermaine O'Neal jugando solo 16 minutos, poco tuvo que hacer el juego interior local respecto al visitante, protagonizado por dos jugadores espectaculares: Blake Griffin y DeAndre Jordan.
Griffin ha hecho dos grandes actuaciones en las victorias de su equipo tras su frustrante debut en la serie. Anoche, 32 puntos y 8 rebotes. Y Jordan dominó los tableros de forma insultante al acabar el encuentro con 14 tantos, 22 rebotes y 5 tapones. Eso sí, entre los dos sumaron un 6 de 18 en los tiros libres. Pero ello no quita para decir sin temor a equivocarse que fueron esenciales en el éxito de los suyos.
Además de Griffin y Jordan, Chris Paul metió 15 puntos y dio 10 asistencias, además de defender a Curry, y J.J. Redick y Jamal Crawford ayudaron desde el perímetro.
Golden State estuvo durante toda la noche mal desde el triple para terminar con un 6 de 31 y perdió 17 balones. Su quinteto inicial estuvo en dobles dígitos anotadores con Klay Thompson como máximo encestador con 26 puntos, aunque con un 2 de 11 desde más allá del arco. Stephen Curry no estuvo muy anotador, pero jugó bastante bien, preocupándose mucho de hacer mejores a sus compañeros. De ahí sus 15 asistencias, que acompañó con 16 puntos. Excelente, y único suplente acertado, Draymond Green. Green tuvo un espíritu combativo siempre y finalizó con 13 puntos, 11 rebotes, 4 tapones y 3 robos.
Mientras, los Warriors tuvieron como contrapeso negativo a un David Lee en clave menor, a un Andre Iguodala que aportó bastante más en defensa que en ataque y a un Jermaine O'Neal que jugó poco. Ahora, Golden State tiene un problema. Más psicológico que físico.