El pívot lituano Zydrunas Ilgauskas pasó a formar parte ayer del Olimpo de los Cleveland Cavaliers. La camiseta con el número 11 que vistió el jugador durante 12 temporadas, fue retirada por la franquicia en una emotiva ceremonia celebrada en el descanso del partido contra los Knicks.
Ilgauskas se convierte así en el séptimo jugador cuyo uniforme retira la franquicia, uniéndose a una lista de ilustres en la que ya estaban Austin Carr, Nate Thurmond, Bingo Smith, Larry Nance, Brad Daugherty y Mark Price.
El jugador lituano, que actualmente ejerce de ejecutivo en la franquicia, tiene méritos deportivos suficientes para ello, pero incluso por encima de ellos, el homenaje de anoche rendía tributo a la huella humana que llgauskas ha dejado en su paso por la franquicia y que le convirtió en uno de los jugadores más queridos por la afición de Cleveland.
El gigantón lituano, 2,21 metros de estatura, jugó 12 de sus 13 temporadas a la NBA y, pese a sufrir serias lesiones que lastraron su carrera, logró ser 2 veces All-Star y se retiró como líder en rebotes y tapones de la historia de los Cavaliers tras jugar 771 partidos con ellos, otro máximo en la franquicia, y como segundo anotador, sólo superado por LeBron James.
Un James que, pese a la hostilidad aún existente contra él en la que fuera su casa, quiso estar presente anoche en la ceremonia junto a la familia y los más cercanos al jugador, manteniéndose en segundo plano, tras ser invitado personalmente por Ilgauskas para compartir el momento en que su camiseta con el número 11 ascendía a las alturas del Quicken Loans Arena bajo los acordes del “Beautiful Day” de U2.
Fue el momento cumbre de una noche en la que un emocionado Ilgauskas, cariñosamente conocido como ‘Z’, tuvo palabras de agradecimiento para todos, pero especialmente para la afición de Cleveland a la que se dirigió para decir “gracias por ofrecerme un lugar al que con orgullo puedo llamar hogar”.