Con sus 2,32 metros de estatura, unos milímetros menos según la medición exacta realizada en su día para el libro Guinness de los récords, el británico Paul Sturgess es el jugador de baloncesto profesional más alto del mundo y juega actualmente en la NBADL.
Sturgess, que también ha jugado en los Harlem Globetrotters, lo hace actualmente en los Texas Legends de la Liga de Desarrollo, el equipo afiliado de los Dallas Mavericks. Su enorme estatura, por encima de la de los mayores gigantes de la NBA ya retirados como Yao Ming, Gheorge Muresan o el prematuramente fallecido Manute Bol, y su envergadura le permiten hacer cosas como la que podemos ver en el vídeo, meterla para abajo sin apenas levantarse del suelo.
Por desgracia, las canastas en el baloncesto profesional no son tan sencillas de lograr como en los partidos de los Globetrotters, como el del vídeo, y, como suele ocurrir con jugadores tan desproporcionadamente altos, sus habilidades sobre la pista parecen ser inversamente proporcionales a su tamaño.
Sturgess -de 26 años y formado en la pequeña universidad de Mountain State, que no forma parte ni siquiera de alguna de las divisiones de la NCAA sino de la modesta NAIA- es lento, su tiro es horrible y su aportación es escasa poco más allá de su enorme presencia bajo canasta.
En la NBADL, ha jugado en 8 partidos, pero su presencia apenas supera los 3 minutos por aparición con unos promedios de 0,8 puntos y 0,8 rebotes y sin que, por ahora y pese a su estatura, haya colocado un solo tapón.