Como no podía ser de otra manera, el regreso de Rajon Rondo a las canchas de juego ha generado un gran revuelo mediático y, de paso, ha despertado a los hacedores de rumores en torno a su figura, que parecían haberse adormecido en las últimas semanas.
Lo cierto es que no hay nada consistente con respecto al futuro del base de los Celtics y casi todo lo que se ha publicado estos días no dejan de ser especulaciones periodísticas con base, como mucho, en las suposiciones de ejecutivos rivales sobre las intenciones de la franquicia de Boston, pero sin que fuentes cercanas a la organización céltica se hayan pronunciado en un sentido o en otro.
Así, las informaciones de unos y otros medios resultan contradictorias. Mientras unos insisten en que es casi seguro que los Celtics pongan al base en el mercado, ya sea en febrero o en junio, por ser su mejor activo, el conocido columnista de los Bulls Sam Smith da por hecho que la intención del equipo sería tratar de mantenerle y extender su contrato -algo que no podrán plantear en todo caso hasta el año que viene- más allá de 2015 para reconstruir en torno a él. Según Smith, muchos ejecutivos de la liga piensan que será Jeff Green, y no Rondo, el jugador que los Celtics traten de mover en próximas fechas.
Un sinfín de posibles destinos
Eso sí, una vez colocada la etiqueta de traspasable por los medios, los posibles destinos de Rondo no dejan de multiplicarse, algo normal teniendo en cuenta la indiscutible calidad del base de los Celtics.
Se ha hablado estos días del interés de Detroit, pero también de que el general manager de Boston, Danny Ainge, en caso de optar por el traspaso, preferiría enviarle a un equipo del Oeste. Ahí entran en juego equipos como Minnesota Timberwolves, Houston Rockets o Phoenix Suns, que estarían entre los más serios candidatos a pujar por el jugador.
Lo que complica todos estos escenarios es que parece claro que los Celtics necesitarían cambiar a Rondo por otro jugador de gran calibre en torno al que construir el equipo, porque cambiarlo por jugadores jóvenes o contratos a punto de expirar les podría dar una aún mayor flexibilidad financiera, pero también les obligaría a partir del cero casi absoluto en el proceso de reconstrucción, algo que complicaría la tarea y aumentaría la incertidumbre.
Y eso, por no hablar de cuál podría ser la reacción de la afición céltica que, tras ver marcharse hace 2 veranos a Ray Allen y en éste a Paul Pierce y Kevin Garnett, tiene a Rondo como único referente al que aferrarse ahora mismo. Por eso parece tener también todo el sentido la opción de mantenerle, aunque tampoco está claro si el jugador, acostumbrado a estar en un equipo campeón, está dispuesto a pasar por el purgatorio de la reconstrucción.
Cuánto hay de cierto en todas estas especulaciones está por ver y sólo el tiempo nos dirá la verdad y resolverá el futuro de Rondo. Entre tanto, no hay duda de que día sí, día también, seguiremos leyendo a los “rumorólogos” de la liga hablar de él y a los aficionados proponer, ‘trade machine’ en mano, operaciones de traspaso más o menos descabelladas. Nos queda Rondo para rato.