Las autoridades disciplinarias de la liga han anunciado sus decisiones respecto a los incidentes y expulsiones ocurridos en el partido que anoche disputaron Clippers y Warriors. La NBA ha enmendado la plana a sus árbitros al asegurar que Blake Griffin no debió ser expulsado.
Magro consuelo moral para unos Clippers que perdieron el partido y se quejaron de esa decisión arbitral determinante asegurando que los árbitros habían picado en la poco limpia y premeditada, según ellos, táctica de los Warriors para sacar del partido a su principal referencia interior.
En un comunicado emitido por Rod Thorn, Presidente de Operaciones de Baloncesto de la NBA, la liga parece dar la razón a los californianos al asegurar que en la jugada en que Griffin y Andrew Bogut se enzarzaron, al jugador de los Clippers se le debería haber señalado únicamente falta, y no la técnica, su segunda, que le costó la expulsión y que debería haber sido al pívot australiano de los Warriors al que se le señalara una técnica por agarrar de la camiseta a Griffin y forcejear con él.
En lo que no hay rectificación es en la expulsión del jugador de los Warriors Draymond Green por dar un codazo a Griffin poco antes del final del tercer cuarto. La liga lo considera bien expulsado y además multa al jugador con 15.000 dólares por no salir de la pista de forma inmediata tras su expulsión.