Las limitaciones físicas reales de Amar'e Stoudemire son una incógnita y el límite hasta el que puede llevar su maltrecho cuerpo también. No se sabe muy bien cuál es la cifra de minutos adecuada para que no tenga problemas ni en el presente, ni en el futuro. Existe una aproximación, pero Amar'e está empezando a superar las expectativas en los últimos partidos, algo que los Knicks necesitan de verdad teniendo en cuenta la baja de Tyson Chandler.
En el mes de octubre, su entrenador, Mike Woodson, ya advirtió de que volveríamos a tener una temporada con minutos restringidos del ala-pívot. Entonces, el técnico habló de que habría que ver si esos minutos eran 10, 15 o 20. Es decir, el límite de los 30 parecía una utopía.
Pero he aquí que Stoudemire jugó 30 minutos en su último partido y promedia 27 en los 3 últimos. De repente, su tiempo en pista ha aumentado notablemente y su rendimiento deportivo también, porque esos minutos de más vienen de la mano de su mejor físico.
En los 3 últimos partidos, Stoudemire ha promediado 15,3 puntos y 5,3 rebotes en 27 minutos y ha anotado prácticamente el 68% de sus tiros de campo. Jugó 21 minutos ante Boston, 27 frente a Cleveland y 30 ante Chicago. Es cierto que su mejora no ha llevado emparejada una mejora del equipo, pero no deja de tener su importancia.
Una cifra notable
Esos 30 minutos jugados antes los Bulls no son una cifra cualquiera. La pasada campaña el jugador de los Knicks disputó 29 partidos y sólo alcanzó la treintena de minutos en el final de la temporada. Concretamente, en sus 3 últimos encuentros hizo 32, 31 y 29 minutos. Fue su momento de mayor partcipación en pista en toda la temporada. Y estábamos ya en marzo. No jugó más hasta los playoffs, aunque su postemporada fuera, en realidad, casi inexistente.
Esta temporada, Stoudemire tuvo un pequeño pico los días 23, 25 y 27 de noviembre, días en los que jugó 22, 25 y 20 minutos, pero ha sido ahora en diciembre cuando ha empezado a despegar. Habrá que estar atentos. Y es que no hay que olvidar que estamos hablando de un jugador que cobra 21,7 millones de dólares. Una ruina si se tiene en cuenta sus minutos en cancha.