La anécdota de la jornada de ayer la protagonizó el ala-pívot de Memphis Grizzlies Zach Randolph. El jugador abandonó en el primer cuarto el partido que su equipo disputaba contra New Orleans Pelicans por un motivo poco habitual, el nacimiento de su primer hijo.
Estamos acostumbrados a que los jugadores, como es lógico, se pierdan partidos para asistir al nacimiento de sus retoños. Lo que no es habitual es que un jugador abandone la cancha en pleno partido por el mismo motivo, pero parece que en esta ocasión los acontecimientos se precipitaron.
Sabido es que los bebés entienden poco de prioridades que no sean las suyas y en este caso, el de Randolph parecía tener prisa por salir a ver mundo y poco le importó que su progenitor estuviera en ese momento en pleno fragor deportivo.
Apenas habían transcurrido 8 minutos de partido cuando Randolph fue avisado de que su novia, Faune Drake, se había puesto de parto. El jugador tuvo que abandonar a sus compañeros y salir corriendo camino del hospital con el tiempo justo para asistir al nacimiento. Mediado el tercer cuarto, la megafonía del FedExForum anunciaba el feliz nacimiento del hijo de la pareja, un niño en perfecto estado de salud y con un peso cercano a los 3,3 kilos.
La buena noticia no lo fue tanto para los Grizzlies, que notaron la ausencia de la pareja de Marc Gasol en el juego interior y terminaron perdiendo, ni para los aficionados que apostaron por Randolph en sus equipos de alguna de las múltiples ‘Fantasy Leagues’ activas estos días. Y es que a Randolph apenas le dio tiempo a sumar 2 puntos y 1 asistencia en los escasos minutos que estuvo en pista.