Muy serio contratiempo el que acaban de sufrir los Knicks. Su pívot titular, Tyson Chandler, deberá permanecer de baja entre 4 y 6 semanas, según ha anunciado hoy el equipo. Chandler sufre una fractura sin desplazamiento del peroné de la pierna derecha.
La lesión se produjo anoche en el partido que disputaron Knicks y Bobcats. Apenas habían transcurrido 7 minutos, exactamente 6 minutos y 25 segundos, cuando el visitante Kemba Walker entró a canasta y la mala suerte se apoderó de Chandler porque el jugador de los Bobcats pisó involuntariamente la parte baja de la pierna derecha del pívot al dar su primer paso de entrada a canasta. El pisotón se localiza muy cerca de donde se unen pierna y pie. Y el peroné se fractura.
Chandler salió cojeando con evidentes signos de dolor y ya no volvió a la pista del Madison Square Garden.
La situación se complica para los Knicks, un equipo que sólo ha ganado 1 de los 4 partidos que ha disputado hasta ahora. Chandler había promediado en los 3 encuentros anteriores a la lesión 9 puntos, 11,3 rebotes y 3 tapones en 33,3 minutos de juego, pero más allá de la estadística está todo lo que el jugador da al equipo, fundamentalmente defensa, rebote, capacidad de intimidación, bloqueos en la ofensiva y, en definitiva, aporte al colectivo.
Lo peor es cuando se mira la plantilla de los Knicks, una de las más equilibradas de la NBA porque en todos los puestos tiene 2 jugadores al menos de garantía. Menos en el de pívot. Porque de las características de Chandler no hay otro. Sus posibles sustitutos tienen serias carencias. Kenyon Martin anda ya pasado de edad y físico, Cole Aldrich no tiene todavía la suficiente solvencia, Amar'e Stoudemire está para pocos trotes debido a sus lesiones y se le ha de limitar el tiempo en cancha y Andrea Bargnani es más un jugador exterior al que no le gusta pegarse en la pintura. Las cosas no pintan bien para el equipo de Mike Woodson.