Visiblemente emocionado. Rodeado de su familia, incluidos sus hijos. Con un 'look' muy callejero, con una sudadera, una gorra, cadena al cuello, relojazo en la muñeca. Y pregonando a los cuatro vientos un mensaje: "Seré un Sixer hasta el día en que me muera". Así ha anunciado hoy Allen Iverson su retirada oficial del baloncesto.
No en vano, A.I. pasó 10 años y medio en el equipo de Philly. Prácticamente toda su carrera NBA, que se extendió por 14 temporadas y también le llevó a Denver, Detroit y un episodio fugaz con Memphis.
Su legado a nivel individual es espectacular, aunque nunca consiguiera un anillo. Fue finalista con los Sixers en 2001 y terminó su trayectoria NBA como el sexto mejor anotador de todos cuantos triunfaron sin ganar un título. Una lista que encabeza Karl Malone y en la que él es sexto con 24.368 puntos.
Promedió 26,7 puntos y 6,2 asistencias en 914 encuentros de fase regular, a los que añadió 71 de playoffs. Fue 1 vez MVP de la liga, 4 veces máximo anotador, 11 veces All-Star, 2 veces MVP entre las estrellas y 3 veces fue incluido en el Mejor Equipo de la competición. Antes de todo, había sido Novato del Año tras llegar a la NBA procedente de Georgetown.
Ídolo de masas
Pero ante todo fue una megaestrella y un ídolo de masas. Encarnó al jugón por antonomasia y fue un referente popular de la sociedad afroamericana. Por eso hoy, a pesar de que ya se anunció en agosto que se retiraría, ha sido un día triste para muchos.
Tras jugar su último partido NBA el 20 de febrero de 2010 recaló en la liga turca, en el Besiktas, que fue el último equipo para el que jugó. Pero la leyenda de este pequeño jugador nacido hace 38 años en la virginiana Hampton ya se había forjado. Hoy, entre lágrimas, esa leyenda ha dicho adiós. 'The Answer' se ha quedado en silencio.