Apenas 6 minutos del primer cuarto del partido que preparación entre Milwaukee Bucks y Toronto Raptors pudieron disputarse. El encuentro tuvo que ser suspendido para evitar el serio riesgo de lesiones debido al peligroso estado de la nueva pista del pabellón de Milwaukee.
Los 6 minutos y 2 segundos de juego que pudieron verse fueron todo un festival de resbalones por parte de los jugadores de ambos equipos, a los que mantenerse en pie sobre el nuevo y rediseñado parqué del BMO Harris Bradley Center les suponía un auténtico esfuerzo.
Ante el peligro que suponía la inestabilidad de la pista para las rodillas y tobillos de los jugadores de ambos equipo, el trío arbitral, tras consultarlo con los responsables del conjunto local, decidió suspender el partido a 5:58 del final del primer cuarto, cuando los Bucks comandaban el marcador por 14-9, para evitar males mayores.
Era el segundo partido que se disputaba en la remozada pista de los Bucks. La franquicia tendrá que buscar ahora una solución de urgencia para evitar que la situación pueda repetirse en el primer partido de temporada regular que han de disputar como equipo local. Será el próximo sábado y ante el mismo rival de anoche, los Raptors de Toronto.
Para compensar a los decepcionados aficionados que asistían al encuentro de anoche, la franquicia ofreció entradas gratis a los asistentes para el partido que prefieran de entre los que el equipo ha de disputar en el mes de noviembre. Una decisión que tornó en aplausos los abucheos iniciales surgidos en la grada al darse a conocer la suspensión del encuentro.