"Creo que estoy al 100%. Puedo correr, saltar y driblar sin problemas". Con esta declaración hecha por Derrick Rose a CSN Chicago el jugador de los Bulls ha despertado todas las expectativas dormidas de una afición que lleva 17 meses sin verle jugar.
Rose ha explicado que lo único que siente son las lógicas dudas relacionadas con algunos apoyos y, sobre todo, los cambios de ritmo en el juego. Indecisiones habituales para cualquier jugador que esté saliendo de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla.
Lo cierto es que la estrella de los Bulls no ha jugado pero ha estado en boca de todos. En marzo se habló de un inminente regreso que no fue tal, en plenos playoffs un día sí y otro también se especulaba con que se vestiría de corto, en julio el propio jugador dijo que estaba al 100%... pero lo cierto es que ya han transcurrido 17 meses desde que en aquel fatídico partido de postemporada, en el inicio de los playoffs de 2012, su rodilla se quebró. Una lesión que le hizo quedarse en blanco la temporada pasada.
Ahora, parece que la cosa está más clara. Y es que meses después de recibir el alta médica, el jugador ya se siente más seguro. De hecho, este verano se le vio entrenar en las instalaciones de los Lakers con otras 2 figuras de la NBA: Kevin Durant y Kevin Love. Y se le ha visto moverse bien en algunos espectáculos promocionales, tan propios de la temporada estival.
Una megaestrella
Todo apunta, por lo tanto, a que Chicago podrá contar por fin con su jugador franquicia esta próxima pretemporada, que arranca en apenas 3 semanas. Aunque hay que decir que nadie se ha atrevido a fijar una fecha para el regreso del jugador.
El impacto de Rose en los Bulls y en la NBA había sido de los que dejan huella. Novato del Año y más tarde MVP en la campaña 2010-2011 tras promediar 25 puntos y 7,7 asistencias en 81 encuentros, además de 3 veces All-Star.
Con su lesión, se quebró la progresión de unos Bulls que empezaban a aspirar a lo máximo, dejando el camino expedito en el Este a los Heat de Miami.