"Permitidme aclarar esto... no voy a lanzar los tiros libres a cuchara", ha asegurado el pívot Andre Drummond en su cuenta de Twitter bajo el hagstag #Relax. Bajo ese guiño a sus seguidores, el jugador se hace eco de su gran punto flaco: el lanzamiento de tiros libres.
Drummond tuvo una gran temporada de debut en la NBA empañada tan solo por la lesión de espalda que le hizo perderse 22 partidos y restringir sus minutos y por su abominable rendimiento desde los tiros libres: ¡59 de 159, un 37,1% de acierto!.
De hecho, con ese horripilante desempeño desde la línea de personal, el joven jugador entró en un selecto grupo de la ignominia, un repóker integrado por Wilt Chamberlain, Ben Wallace, Brendan Haywood, Chris Dudley y el propio Drummond. Son los 5 únicos jugadores de la historia de la NBA que han anotado en una temporada el 38% o menos de sus tiros libres habiendo lanzado como mínimo 150. Una auténtica sangría para sus equipos.
Por eso, Drummond se ha propuesto mejorar en este capítulo, más aún cuando quiere ser un jugador decisivo en la pintura y, por lo tanto, irá cada vez más a la línea de castigo.
Fuera de ello, la primera temporada de Drummond en la NBA resultó más que prometedora al promediar 7,9 puntos, 7,6 rebotes y 1,6 tapones en sólo 20,7 minutos de juego. Tiene solo 20 años, es una fuerza de la naturaleza y un excelente defensor con un techo poco predecible en muchas facetas del juego. Por ahora, en los tiros libres, anda a ras de suelo.