LeBron James vivió ayer una apretada jornada en Filipinas. Su agenda no tuvo desperdicio, pero sirvió para atraer toda la atención de los medios de comunicación filipinos y los aficionados al baloncesto del país asiático, que son muchos.
La estrella de Miami Heat acudió a Filipinas dentro de una gira promocional que protagoniza con la firma Nike, que le patrocina.
Los actos promocionales incluyeron una multitudinaria rueda de prensa que sorprendió hasta al propio LeBron. Mucha pasión en torno a él. Inusitada expectación.
James aterrizó en el país con algunos conocimientos del mismo gracias a lo que le había contado su entrenador, Erik Spoelstra, que es de ascendencia filipina.
Además, James contactó con la selección nacional de baloncesto y con los mejores jugadores universitarios del país, con los que echó un partidillo porque no se pudo resistir. LeBron se divirtió un rato y sólo puso un pero a la situación: la camiseta que le prestaron para jugar le quedaba demasiado pequeña. Y es que el cuerpo de LeBron no cabe en cualquier camiseta.