El argentino Pablo Prigioni seguirá siendo jugador de los Knicks, tal y como se esperaba, y lo será con un acuerdo de renovación más largo del previsto. El base ha cerrado un compromiso por 3 temporadas con New York, aunque sólo las 2 primeras estarán plenamente garantizadas.
El agente del jugador ha confirmado esta misma tarde el acuerdo y poco después se han ido conociendo las condiciones del mismo. Prigioni percibirá, según las primeras informaciones en torno a 1,5 millones en la primera temporada del acuerdo, aunque podría alcanzar los 2 si cumple las condiciones de determinados incentivos. En total, podría llegar a cobrar 6 millones de dólares por 3 campañas, aunque la última está garantizada sólo parcialmente.
Se cumplen así las previsiones y es que tanto el jugador como la franquicia habían mostrado públicamente su deseo de seguir juntos, un deseo que la franquicia confirmó convirtiendo al argentino en agente libre restringido para tener derecho a igualar cualquier oferta que pudiera presentarle otro equipo.
Las negociaciones estaban dificultadas por el hecho de que pese a los 36 años del base, se le consideraba jugador de primer año y por lo tanto, la franquicia no podía ofrecerle el salario mínimo que suelen conseguir los jugadores de su edad, en torno a los 1,4 millones de dólares, lo que obligaba a los Knicks a utilizar una de sus escasas excepciones salariales para ofrecerle un salario que rondara esas cifras.
A pesar de ello, los Knicks no han tenido problema finalmente en hacer uso de parte de la excepción reducida de medio nivel (unos 3,2 millones de dólares) de que disponen los equipos que, como ellos, están situados por encima del límite de la tasa de lujo.
Prigioni promedió el año pasado 3,5 puntos y 3 asistencias en 16 minutos de juego en los 78 partidos que jugó en temporada regular. Unos números que, como ya le pasara durante su larga trayectoria en Europa, no reflejan su verdadero impacto en el juego. Los Knicks tenían claro lo mucho que aportaba y su capacidad para dar orden y fluidez a la ofensiva del equipo y lo querían de vuelta, igual que él quería volver. De ahí, que el acuerdo entre ambos sólo fuera cuestión de tiempo.