A pesar de las declaraciones del general manager de Chicago, Gar Forman, respecto a la intención del equipo de renovar a Nate Robinson, no parece que vaya a ser una misión fácil. Los Bulls no parecen poder ofrecerle este verano lo que el pequeño base demanda.
Robinson, según fuentes cercanas al jugador, quiere un contrato de larga duración y disponer de un buen número de minutos de juego. Ninguna de las dos cosas parece que pueda ofrecérselas Chicago. La primera, por las limitaciones salariales a que estará sujeto el equipo, metido de lleno en la zona de penalizaciones de la reforzada ‘luxury-tax’.
La segunda, una importante presencia en pista, también parece complicada con el esperado regreso de Derrick Rose la próxima campaña. La vuelta del armador estrella de los Bulls supondrá la desaparición de muchos minutos de juego para el resto de la rotación de bases en la que, junto a Robinson, están de momento Kirk Hinrich y el joven Marquis Teague.
Robinson promedió el año pasado 13,1 puntos en 25 minutos de juego durante la temporada regular y 16,3 puntos en playoffs. Su valor en el mercado ha crecido, el año pasado su salario apenas superó el millón de dólares, y a sus 29 años, busca, como agente libre, un contrato con mejores condiciones tanto en ingresos como en duración y tener protagonismo, algo que le ha gustado siempre. No parece que Chicago vaya a poder satisfacer sus deseos.