Tras descartarse la posibilidad de que Paul Pierce o Kevin Garnett terminasen en los Clippers, Brooklyn Nets entró con fuerza en la puja por ambos jugadores y anoche mismo cerró un acuerdo con los Celtics para hacerse con los 2 en un intercambio que involucra a 8 jugadores.
Boston recibirá 3 futuras primeras rondas de draft (de 2014, 2016 y 2018) y 5 jugadores procedentes de los Nets: Gerald Wallace, Kris Humphries, Kris Joseph, Marshon Brooks y Keith Bogans. A cambio, Garnett y Pierce, junto a Jason Terry, jugarán el año que viene en Brooklyn. Inicialmente, Reggie Evans y Tornike Shengeila estaban destinados a formar parte del intercambio, pero según informa ESPN, parece que finalmente ambos quedan fuera y entra Brooks.
Kevin Garnett podía haber vetado el acuerdo, pero decidió dar su visto bueno después de que los Nets aceptaran garantizar por completo los 12 millones de dólares de su último año de contrato.
El acuerdo no se formalizará y hará oficial hasta el próximo 10 de julio, cuando finalice la moratoria de firma de contratos de la NBA y el salario de Pierce, algo más de 15 millones que los Celtics garantizarán en las próximas horas, pueda contabilizarse plenamente.
De esta forma, los Celtics inician de lleno su proceso de reconstrucción en torno a Rajon Rondo de una forma un tanto traumática, desprendiéndose de sus 2 jugadores más icónicos. Una operación que, sin duda, dolerá a los aficionados del conjunto de Boston y no mejorará la popularidad entre ellos del general manager del equipo, Danny Ainge.
Para los Nets, se trataría de una apuesta a más corto plazo. Un quinteto con Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook Lopez podría aspirar a todo en el Este y en la NBA, pero habrá que ver cuánta gasolina les queda a las 2 estrellas célticas y qué pasará en el medio plazo, una vez que ambos desaparezcan del equipo.
Además, hay que tener en cuenta que la masa salarial de los Nets será altísima el año que viene y se prevé que tengan que pagar unas penalizaciones millonarias por la tasa de lujo. Un precio que el dueño del equipo, Mikhail Prokhorov, parece dispuesto a pagar a cambio de aspirar al anillo la próxima temporada.