Tras finalizar el séptimo partido de las Finales, todo el mundo tenía claro quien había sido el MVP de las mismas, LeBron James. El alero recogió al final del encuentro, de las manos del mítico Bill Russell, el trofeo que le acreditaba como tal. Un premio indiscutible.
En estas finales, LeBron no ha tenido sólo unos números brillantes sino que ha sido el espíritu de su equipo. Él fue el que los levantó en el sexto partido, cuando por momentos todo parecía perdido, y fue también el que los condujo a la victoria en el séptimo y definitivo encuentro, asumiendo el liderazgo y la responsabilidad anotadora.
En los 7 partidos de las Finales, LeBron logró 2 triples dobles, en el primero y el sexto, y promedió 25,3 puntos, 10,9 rebotes, 7 asistencias y 2,3 recuperaciones. Anotó el 45% de sus tiros, el 35% de sus triples y el 79% de sus lanzamientos libres. Fue además el jugador que más tiempo estuvo en pista en las Finales, con nada menos que 43 minutos por partido de media.
LeBron repite galardón en años consecutivos, algo que antes sólo habían logrado Kobe Bryant, Hakeem Olajuwon, Shaquille O’Neal y Michael Jordan (los dos últimos llegaron a repetir 3 veces y el segundo en dos ocasiones). Además, se sitúa al lado de 2 mitos como Bill Russell y Michael Jordan. Los 3 son los únicos jugadores que han logrado en 2 temporadas consecutivas proclamarse campeones de la NBA tras haber sido elegidos MVP de la temporada regular.