San Antonio Spurs dio primero y además lo hizo en Miami. Triunfo de los texanos en un partido muy equilibrado que se resolvió con una canasta de Tony Parker a 5 segundos del final cuando expiraba el tiempo de posesión. El francés, con 21 puntos, y Tim Duncan, que hizo 20 con 14 rebotes, lideraron una victoria basada en una elevada exigencia defensiva y un control ejemplar del ataque. ¡Porque San Antonio solo perdió 4 balones en los 48 minutos de juego!.
El dúo estelar de San Antonio estuvo muy bien secundado por Manu Ginóbili, el gran trabajo defensivo y reboteador de Kawhi Leonard y el acierto desde el triple de Danny Green. Decisiva la gran labor defensiva de Spurs en la segunda parte, especialmente en los primeros 8 minutos del último cuarto, momento en el que la ofensiva de Heat quedó completamente ahogada.
De nada sirvió el triple-doble de LeBron James, que capturó 18 rebotes, o el buen partido hasta la recta final de Dwyane Wade. En Miami, aportaron muchos jugadores en ataque hasta que la anotación se estancó según subió el nivel defensivo del rival.
Al final, 88-92 para unos Spurs que mostraron una imagen ejemplar, que sobrevivieron en los peores momentos gracias a respuestas puntuales espectaculares de Tim Duncan y que no notaron el haber estado 10 días sin jugar, un tiempo demasiado largo que podría haberles pasado factura en este primer encuentro.
Miami 88 San Antonio 92 (0-1)
Tony Parker decidió el partido con una canasta al filo de la navaja en la que demostró que le trae sin cuidado qué rival tenga delante. No le importó al francés tener como pareja de baile en esa jugada al mismísimo LeBron James, como no le importó ni la presión, ni los brutales decibelios que partían de la grada. El francés se dejó guiar por su talento y por su instinto para anotar 2 puntos capitales. Los que desequilibraron un partido muy equilibrado.
El resultado era 88-90 para Spurs, que atacaba para matar el encuentro, pero la jugada resultó más que complicada. Parker acabó casi por los suelos, controlando el bote del balón a duras penas y para cuando se quiso incorporar con la bola el tiempo de posesión estaba prácticamente expirado. Entonces, le salió un tren poderoso llamado LeBron. El base de San Antonio, ni corto ni perezoso, le hizo un amago y lanzó como pudo desde más de 4 metros con el tiempo de posesión casi agotado. ¡Y el balón entró en la cesta!. Restaban 5,2 segundos y era el 88-92. Los colegiados revisaron el vídeo y comprobaron que la canasta de Parker estaba dentro de la legalidad por los pelos. San Antonio había dado el golpe en Florida, anulaba el factor cancha y se adelantaba 1-0 en sus quintas Finales NBA.
Hasta el momento de la definición, el encuentro se había movido por derroteros de máxima igualdad. Miami había llegado a tener una ventaja de 9 puntos en el segundo cuarto (38-29 tras un triple de Norris Cole), pero en ese momento delicado surgió el mejor Tim Duncan para anotar 2 puntos, ponerle un tapón a Chris Andersen y protagonizar un par de ataques más que equilibraron la contienda.
No mucho después, se fueron otra vez los Heat por 8 justo en el mejor momento de todo el partido de Dwyane Wade (46-38), pero otra vez el ‘viejo’ Duncan salió al rescate, como el padre que salva a su niño de las aguas. Sobresaliente el segundo cuarto que firmó el de las Islas Vírgenes.
Se llegó al descanso con un 52-49 para Miami, corta renta para lo que pudo haber sido. Los mejores tirones en el marcador fueron locales, pero el equipo de Erik Spoelstra no supo rematar en los momentos importantes, esos momentos en los que surgió la magia intacta de Duncan.
Llegados al intermedio sorprendía que en Miami estaban aportando muchos jugadores. Hasta 7 llevaban 5 o más puntos. Wade lideraba al equipo con 13, James era el más completo con diferencia, ya en busca entonces del triple-doble con su aparición en todos los lugares de la cancha, y ambos equipos sólo habían perdido 4 balones (2 por escuadra). En San Antonio, estupendo Duncan, a un nivel aceptable Tony Parker, acertado desde el triple Danny Green, que ya llevaba 3, y no mucho más.
El tercer cuarto apenas supuso cambio alguno en la dinámica del encuentro. Los dos equipos vivieron en un permanente equilibrio, con el marcador sin apenas vencerse hacia uno u otro lado. Fue éste el mejor cuarto ofensivo de Manu Ginóbili, que metió 7 puntos y sostuvo bien a los suyos. Acabó el período con un 72-69 que reflejaba bien a las claras que la dinámica del partido no había variado en cuanto a diferencias entre unos y otros, pero sí en cuanto a tendencia. Las defensas apretaban más y más según avanzaban los minutos.
Al igual que Ginóbili había despertado en ataque, Chris Bosh se había desperezado también en la ofensiva, un Bosh que ayudó lo que pudo a los suyos, pero que volvió a ser un jugador más tendente al intento triple (0 de 4) que al rebote durante todo el encuentro. Terminado el tercer acto, James andaba ya a un solo rebote del triple-doble.
Y alcanzado el último período salió el auténtico instinto asesino de los Spurs, con un trío estelar que todavía no ha perdido una sola de las Finales NBA que ha enfrentado.
Empezó el cuarto final y la defensa de San Antonio elevó sus prestaciones hasta niveles colosales. Tanto, que las expectativas locales se vieron truncadas. Miami sólo metió 7 puntos en más de 8 minutos. Sequía espantosa en el momento de la verdad.
Un palmeo de Duncan y una canasta de Parker colocaron un inquietante 79-85 a 3:30 del final. James anotó por fin para poner el 81-85, pero entonces llegó un triple demoledor de Danny Green (81-88 a algo más de 2 minutos de la conclusión).
La definición de este primer partido vino de la mano del ya mencionado Parker. Antes, Ray Allen y LeBron James anotaron 5 libres sin fallo para acercar a 2 a los suyos. Tim Duncan tampoco falló sus libres (86-90), Chris Bosh erró un triple, Tony Parker tampoco acertó a renglón seguido y LeBron colocó desde los libres el 88-90 a 31 segundos del final. Fue ése el momento de la conclusión revisada por vídeo. Fue ése el instante Parker. El momento en el que el base visitante se vistió de ‘killer’ educado, pero ‘killer’ sin tapujos.
Ganaron los Spurs defendiendo mucho en una segunda parte en la que dejaron en 36 puntos a Miami y en un último cuarto en el que Wade se quedó en blanco, Bosh aportó 2 puntos y James, que fue el más pródigo, sólo hizo 6. Estupendo el trabajo de Kawhi Leonard sobre LeBron, aceptable también el de Danny Green, ambos parapetados en un buen ejercicio de ayudas defensivas de sus compañeros.
Vencieron los texanos (otra vez excelente Gregg Popovich bajo presión) con 21 puntos y 6 asistencias de Parker y partidazo de Tim Duncan: 20 puntos, 14 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones. Solo un jugador ha sido capaz de hacer 20 puntos y 14 rebotes con 37 años en unas Finales NBA: un tal Kareem Abdul-Jabbar. Y sobreponiéndose el de las Islas Vírgenes a su inicial 0 de 5 en el tiro. Además, 13 puntos de Manu Ginóbili, que jugó 30 minutos y demostró que está como pez en el agua en estas situaciones, 12 de Danny Green –todos desde el triple- y 10 con 10 rebotes de Leonard, que respondió perfectamente a las exigencias que pesaban sobre él.
En Miami, LeBron fue el auténtico pívot reboteador, vista la desaparición de los hombres altos locales, salvo la intensidad habitual de Andersen. James finalizó con 18 puntos, 18 rebotes y 10 asistencias. Nadie hacía un triple-doble en unas Finales perdiendo el partido desde que lo lograra un tal Larry Bird en 1986. A su lado, Wade sumó 17 puntos (0 en el cuarto final) y Bosh y Allen, 13. Buen rendimiento del veterano tirador. Ni Mario Chalmers, ni Udonis Haslem aparecieron como elementos diferenciadores y Shane Battier volvió a quedar relegado en la rotación por detrás de Mike Miller.
Con la victoria, el trío Duncan-Parker-Ginóbili suma ya 99 triunfos compartiendo pistas en playoffs y San Antonio quiebra el factor cancha que favorecía a Miami. Habrá que ver hasta qué punto ha quedado tocado el equipo de Florida. Pero esto promete ser largo.
Eso sí, San Antonio volvió a demostrar que llegados a este punto es casi infalible. Anoche, los de Popovich sólo perdieron 4 balones. Ni la presión asfixiante de un equipo tan físico como Heat descompuso su figura de equipo campeón. Hasta la fecha han disputado 4 Finales y han ganado las 4. LeBron quiere romper esa racha para seguir cimentando su futura leyenda.