La concesión del premio de Defensor del Año de la NBA 2013 al pívot de los Grizzlies Marc Gasol no ha estado exenta de polémica. El propio jugador ha reconocido que en su premio hay bastante de premio colectivo a la gran defensa de su equipo, lo que no ha de restarle valor.
“Le dije a Mike (Conley) y Tony (Allen) que hay un poco de cada uno de nosotros en este premio. No lo considero como mío”, asegura Gasol en unas declaraciones realizadas a USA Today, “Sé que lleva mi nombre, pero también lleva el de Memphis Grizzlies. Si hubiera jugado en cualquier otro equipo, no habría sido el premiado. Así es como lo siento. Ésa es la verdad, siendo honesto”.
No pocas voces, entre ellas las de algunos destacados jugadores, se alzaron para criticar la concesión del premio a un jugador situado solamente en el puesto 23º en la clasificación de rebotes y 12º en la de tapones. Pero quienes le votaron, no le eligieron por sus estadísticas, sino por su condición de líder defensivo del equipo con la mejor defensa de la liga y por su capacidad para llevar a cabo todas esas labores defensivas que no quedan reflejadas en las estadísticas de manejo habitual.
Entre quienes no estaban contentos con la decisión del jurado, hombres como LeBron James, segundo en las votaciones, aunque en su caso, más que criticar la concesión a Gasol reivindicaba sus propias cualidades como defensor. “No sé si habido algún jugador en la historia capaz de defender desde un base hasta un pívot”, decía James respecto de sus propios méritos para haber obtenido el premio.
Visiones distintas del juego
Más discutible, por simplista, fue la argumentación de un Dwight Howard muy alejado en esta ocasión de los primeros puestos de un premio que ha ganado en 3 ocasiones. Para Howard, Serge Ibaka debería haber sido el ganador por haber liderado la liga en tapones y es que, para el pívot de los Lakers, “de eso es de lo que trata la defensa”.
Una visión muy reducida de lo que significa defender que dejaría fuera de toda consideración a los jugadores exteriores, ninguneados ya de por sí de forma habitual en este premio, y que se ha demostrado muy alejada de la de los periodistas encargados de ejercer de jurado, como lo está también de la de muchos aficionados y de la mayor parte de los entrenadores.
Una visión también muy diferente a la de Marc Gasol, para el que la defensa, como el juego, es algo mucho más colectivo que lo que reflejan los cuadros estadísticos al final del partido. “Me encantaría capturar 12 o 14 rebotes por partido, pero para mí lo que importa es que Zach (Randolph) captura, qué ¿11 o 12 rebotes por partido? Y a mí eso me alegra. Estoy contento. Lo que a mí me importa es que ganemos partidos y hagamos nuestro trabajo”.