De poco sirve ya. Se trata más de una compensación moral que no lleva a ningún lado, pero al menos Minnesota Timberwolves y su jugador Ricky Rubio han visto cómo la NBA les ha dado inequívocamente la razón en la polémica jugada que cerró el partido Minnesota-Lakers.
Con 117-120, Kobe Bryant erró un tiro libre decisivo y el balón fue para Ricky Rubio, que atravesó la cancha a la carrera e intentó un triple desesperado en movimiento sobre la bocina. Entonces, Kobe, incomprensiblemente, intentó taponarle y le hizo una falta clara que los árbitros no pitaron. Bronca desde la grada, protestas airadas del internacional español y también de su entrenador, Rick Adelman, que de nada sirvieron.
Eso ocurrió el miércoles. Tras ver el vídeo, la NBA no ha tenido inconveniente alguno en rectificar a los árbitros y decir que se equivocaron. Se trata, eso sí, de una forma de resarcir moralmente al equipo agraviado, pero no pasa de eso, como es lógico.
El comunicado acerca de la jugada habla de que los árbitros se equivocaron "claramente" y no deja lugar a dudas. "Mientras Rubio estaba en el momento de hacer el tiro, Bryant le hizo falta y tendría que haber sido castigado con 3 lanzamientos desde la línea de personal", asegura el comunicado de la Liga.
Muchas han sido las suspicacias ante la jugada. Más que porque el infractor fuera una gran estrella, algo también importante, porque los Lakers se están jugando acceder o no a los playoffs. Y su nombre pesa mucho histórica y económicamente.