Miami tenía una gran piedra de toque en su visita a Boston y la salvó de milagro. Bueno, más bien la salvó porque tiene en sus filas a una máquina llamada LeBron James. Los Heat ganaron en los últimos segundos en el Garden y ya suman 23 victorias consecutivas.
Esas 23 victorias suponen la segunda mejor racha, ya en solitario, de la historia de la NBA. Para ello, James hizo un partidazo, logró 37 puntos y anotó la canasta del triunfo. Con ello anuló la monstruosa actuación de Jeff Green, autor de 43 tantos, su mejor anotación de siempre. Miami llegó a ir perdiendo por 17 puntos en el segundo cuarto.
Mientras, Memphis ganaba fácil a una Minnesota que no pudo nunca con la magnífica defensa local. En el duelo español, un abismo. Marc Gasol fue el MVP del partido y Ricky Rubio hizo su peor actuación de la temporada y además se lesionó levemente en el tercer cuarto. No parece nada serio.
Además, paliza de los Nets a los Pistons en Detroit. Deron Williams fue la figura del encuentro. José Manuel Calderón, enfermo, apenas jugó 8 minutos. El equipo de P.J.Carlesimo se lo pasó en grande y el regreso de Lawrence Frank al banquillo tras perderse varios partidos por un asunto familiar no fue precisamente alegre.
Miami, 23 victorias seguidas
Miami Heat sigue en su racha pese al empeño descomunal que pusieron Jeff Green y los Celtics para que ésta acabara en Boston. Triunfo por 103 a 105 de Miami en el Garden gracias a que LeBron James salió al rescate del equipo. Este chico parece no tener techo, y el salto de su juego es cada día más alto.
Lo de Jeff Green anoche fue descomunal. Boston acudía a la cita sin Kevin Garnett, pero nadie se acordó de él por muy sorprendente y duro que parezca. Porque su sustituto en la titularidad, Jeff Green, bordó el baloncesto. Green hizo la mejor anotación de su carrera, 43 puntos, tras meter 14 de sus 21 tiros, incluidos 5 de sus 7 triples. Capturó 7 rebotes y puso 4 tapones. Lástima que al final, cuando el partido llegó a su momento trascendente, no pudiera rematar la faena, cosa que sí logró el imparable y maravilloso LeBron James.
James también hizo lo suyo. Metió 37 puntos, capturó 7 rebotes, regaló 12 pases de canasta y lanzó 29 veces a cesta, algo poco usual en él, lo que demuestra hasta qué punto se tuvo que exigir para que su equipo no perdiera. Fue el contrapunto de Green. ¡Y encima ganó el partido!.
Porque el final fue de LeBron, con el permiso de Shane Battier, que hizo una jugada defensiva colosal. Ganaban 103-101 los Celtics cuando James empató a 103. Quedaba aún más de un minuto. Anotar al final se hizo duro, las defensas apretaron. De hecho, en el minuto final sólo anotó LeBron. Fue, a la postre, la canasta del triunfo. Un tiro a media distancia defendido precisamente por Green. Era el 103-105 y quedaban 10 segundos. Entonces, Green buscó la gloria. Coronar su fantástico partido con la canasta del empate para ir a la prórroga... y llegó Battier y le puso un tapón de jugador defensivo de máximo nivel. Ahí se acabó Green y con él los Celtics.
Unos Celtics que empezaron como un tiro y que en los primeros minutos del segundo cuarto llegaron a llevar 17 puntos de ventaja. Parecía entonces que la racha de Miami tocaba a su fin. Pero no fue así. Con paciencia se metieron los Heat en la pomada. James fue el catalizador de la remontada, pero hubo otros jugadores que le ayudaron. Fundamentalmente un acertado Mario Chalmers (21 puntos con 4 de 5 triples). Dwyane Wade estuvo bien, pero no súper, y Ray Allen, que venía de hacer un partidazo, no brilló en su antigua casa.
Boston perdió a pesar de meter el 54% de sus tiros y andar fino desde el triple. Sus problemas de rebote y sus 21 pérdidas de balón le pasaron factura. Además del partidazo de Green, destacar los 17 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias de Paul Pierce, la buena actuación de Courtney Lee y el trabajo defensivo de Avery Bradley. Jason Terry, mientras, sufrió el mate de la noche. Un alley-oop en el que LeBron se lo llevó por delante en plan apisonadora. Tremenda esta apisonadora LeBron-Miami.
Memphis 92 Minnesota 77
Minnesota empezó muy bien el partido. Ricky Rubio metió la primera canasta del encuentro, en lo que serían sus únicos puntos de la noche, y los de Rick Adelman se pusieron 4-11 transcurridos 5 minutos de juego. Fue un espejismo. Porque Memphis fue de menos a más hasta ganar con suma facilidad un partido en el que a los Wolves les volvieron a pesar los minutos.
El encuentro llegó con un 45-39 al descanso que prometía cierta emoción en la continuación, pero lo que hubo en esa continuación fue una apuesta más seria de Memphis, más acorde con su temporada. Defensa grande convirtiendo al rival en pequeño. Parcial de 29-14 en el cuarto y partido resuelto. Rubio tuvo que abandonar la pista en la recta final del cuarto con un tirón en la ingle. No pasó a mayores. Regresó a la banda, pero ya no jugó por precaución.
Memphis sumaba así su victoria 45 y acumula ya un balance de 26-8 en el FedExForum. Logró el triunfo de forma celérica, en un encuentro que no llegó ni a las 2 horas. Lo hizo dominando la pintura, como casi siempre, y defendiendo mucho, también como es habitual, para dejar al rival en unos paupérrimos 77 puntos y a toda la titularidad visitante en crisis, sin que ninguno de ellos llegara a la decena de tantos.
Marc Gasol fue el contrapunto de su compatriota Ricky Rubio. El pívot de Memphis empezó al trote para acabar siendo decisivo; el base arrancó con energía para completar su peor partido de la temporada. Marc no fue el máximo anotador de su equipo, pero sí el jugador más importante. Hizo números de jugador completo, de jugador que abarca muchas facetas y está en todos los sitios: 16 puntos, 8 rebotes, 4 tapones y 5 asistencias en 33 minutos. Mike Conley sumó 20 tantos y 6 pases finales, Zach Randolph y Tayshaun Prince hicieron sendos doble dobles (Prince con 14 rebotes) y Jerryd Bayless brilló partiendo de la segunda unidad.
Minnesota anduvo todo el encuentro atascado en ataque. Sus titulares no aportaron nada y el conjunto acabó con un 33,7% de efectividad en el tiro de campo. Alexey Shved fue su mejor anotador con sólo 12 puntos. J.J.Barea fue de los que se salvó con 11 tantos y 2 asistencias, aunque hiciera un 3 de 13 en el lanzamiento. Ricky, mientras, horrible y tocado físicamente. Terminó con 2 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias y fue el termómetro de un equipo que no funcionó.
Detroit 82 Brooklyn 119
Nuevo desastre de los Pistons, cuya racha de derrotas no parece tener fin. Esta vez, mayúsculo, pues perdieron en casa por 37 puntos tras llegar a ir 43 abajo. Todo ello en un día en el que Calderón apenas jugó 8 minutos de partido porque estaba enfermo. Con él en pista empezó la debacle, pero con él fuera de ellas fue cuando cobró toda su crudeza.
No fue ya un buen síntoma ver cómo Greg Monroe cometía 2 faltas en los primeros 3 minutos del partido y Calde otras 2 en los primeros 5. Lawrence Frank, valiente, decidió dejarles en pista, pero de nada sirvió. Los Nets metieron 36 puntos en el primer cuarto y comenzaron su cabalgada humillante para Detroit.
Una humillación que se hizo carne en un tremendo tercer cuarto que acabó con un 14-31 para un marcador de 59-90. Un dato lo dice todo: ¡los Pistons llevaban 59 puntos al final del tercer cuarto, la misma anotación que lograron los Nets al descanso!.
Deron Williams fue la gran estrella del encuentro. Está en forma, ya anda metido en la dinámica del equipo y va como una moto. Anoche, 31 puntos en 28 minutos con 4 triples enchufados. Brook Lopez hizo 18 tantos y 7 rebotes en 23 minutos y la suplencia de Brooklyn se divirtió de lo lindo gozando de minutos y puntos. Andray Blatche fue el más productivo de ellos y el veterano Jerry Stackhouse, tal vez el más feliz. Regresaba al juego tras casi 2 meses de ausencia. Metió 10 puntos.
Detroit fue un desastre, cuyo mejor ejemplo fue su 1 de 18 desde el triple. Will Bynum logró 18 puntos y Greg Monroe, 17 y 7 rebotes. Este equipo no levanta cabeza.