Tras jugar anoche ante los Timberwolves en Minnesota, los Knicks tenían pensado regresar a Nueva York nada más acabar el partido, pero no han podido hacerlo. El fuerte temporal de nieve que azota el noreste de los Estados Unidos les ha obligado a retrasar su regreso.
No ha sido en esta ocasión el gélido clima de Minneapolis, con temperaturas máximas habitualmente por debajo de los 0ºC en esta época, el responsable del contratiempo de los Knicks, sino el fuerte temporal de nieve que azota toda el área comprendida entre Nueva York y Boston y que amenaza con dejar casi un metro de nieve en amplias zonas del noreste del país durante este fin de semana.
Afortunadamente para los neoyorquinos, su próximo partido, ante los Clippers en el Madison Square Garden, no se disputa hasta el domingo, lo que les deja margen para regresar a casa a tiempo.
Por el momento, la expedición de los Knicks ha pasado la noche en Minneapolis y su intención, según ha contado Mike Woodson, es realizar el sábado por la mañana en el hotel una sesión de vídeo para estudiar el juego de su próximo rival antes de intentar de nuevo el regreso a Nueva York, si las inclemencias meteorológicas lo permiten.
Otro tanto ocurre con sus rivales del próximo domingo, ya que los Clippers también han visto cancelado el vuelo que les tenía que llevar de Miami, donde jugaron anoche, a la Gran Manzana. El equipo californiano tiene previsto entrenar este sábado en Miami y tratar de volar a Nueva York a lo largo de la tarde del sábado.