Houston Rockets, sin el lesionado Carlos Delfino, trituró anoche a Golden State Warriors, equipo al que ganó por 31 puntos tras anotar 140, de los cuales 69 procedieron de 23 triples. Jeremy Lin lideró una auténtica exhibición del equipo texano, que no dejó títere con cabeza.
En Memphis, no fue un equipo, sino más bien un jugador el que hizo trizas al equipo local. Y es que Goran Dragic anotó 15 puntos en los últimos 7 minutos del partido para firmar la pequeña remontada que concluyó cou una sorprendente victoria de los Suns ante los Grizzlies.
Ni Marc Gasol, ni Luis Scola tuvieron su noche. El primero tuvo problemas de falta y anduvo muy mal. El segundo jugó a gran nivel, pero es que sólo disputó 19 minutos por decisiones técnicas de su entrenador, porque no parece que arrastrara ningún problema físico.
Además, Denver ganó a Milwaukee en un partido cuyo máximo protagonista fue el visitante Samuel Dalembert, ¡autor de 35 puntos y 12 rebotes saliendo de la suplencia!.
Paliza sin paliativos en Houston
Los Warriors están haciendo una temporada importante. El equipo ha mostrado hasta la fecha un juego alegre y los buenos resultados han ido cayendo hasta situar a la escuadra de Oakland en la quinta plaza del Oeste desde hace semanas. Sin embargo, el salvaje Oeste en el que tan bien se está desempeñando el equipo californiano se mostró anoche demasiado salvaje. Y Houston fue la encarnación de ese espíritu salvaje, anoche libérrimo hasta límites de All-Star.
Porque lo ocurrido en el Toyota Center fue pura exageración. El equipo local ganó 140-109 al visitante tras meter 23 triples, marca que iguala a la mejor de siempre en la NBA, ¡14 metidos en la primera parte con una serie de 14 de 18!.
El partido fue una farsa defensiva, puro divertimento fácil, muy de All-Star. Y Houston fue feliz con su espíritu a la carrera y su célica noche desde el triple. El partido llegó al descanso con un 77-62 que lo dice todo. No defendía ni el tato. Pero es que, además, Houston no se conformó con eso y anotó 63 tantos en la segunda mitad, 36 en el cuarto final aupado por la necesidad de los suplentes de sumarse a la fiesta, unos suplentes entre los que no estaba el lesionado Delfino.
Los números finales, igualmente salvajes. Los Rockets anotaron 23 triples con hasta 9 jugadores anotando alguno y con 8 logrando 10 o más puntos en el encuentro. Al frente, un gran Jeremy Lin, autor de 28 puntos, 9 asistencias y 5 triples. Tras él, James Harden (18 puntos, 7 asistencias y 4 triples) y Chandler Parsons (16 tantos, 8 asistencias y otros 4 triples). Un trío que hizo, por lo tanto, 13 triples y 24 asistencias. Porque Houston firmó su número más alto de asistencias de la temporada: 35. ¡Y con sólo 9 pérdidas!. Lo dicho, la defensa de Golden State, anoche, un completo esperpento.
Además, el turco Omer Asik capturó 15 rebotes y el suplentísimo Palmer Beverly sumó 11 puntos en 6 minutos. Entre tanta fiesta local, el lunar fue la doble expulsión de Marcus Morris (Houston) y Draymond Green (Golden State) a 34 segundos del final. Falta innecesaria (flagrante de tipo 2) del segundo sobre el primero cuando intentaba un triple y pequeña trifulca colectiva que acabó con los 2 en vestuarios.
En Warriors, 20 puntos de Jarrett Jack y 18 de David Lee con un 8 de 10 en el tiro doble. Clave en el mal rendimiento del equipo, además de su inexistente defensa, el mal juego de los exteriores Stephen Curry y Klay Thompson.
Memphis 90 Phoenix 96
Goran Dragic le montó un buen lío final a los Grizzlies, que terminaron sucumbiendo ante la genialidad del base esloveno. Dragic, al que siempre le sobró calidad y le faltó algo de cabeza, se ha consolidado en la NBA y cada vez hace mejor su trabajo. Anoche, lo bordó.
Memphis había llegado al final del tercer cuarto con un ajustado 71-65 a su favor que parecía bastarle. Había hecho lo de siempre, dormir el partido a base de buena defensa y un pausado ataque. Sin embargo, llegaron los 7 minutos finales y Dragic se desató de forma increíble: ¡15 puntos anotados en esos 7 minutos cuando sólo llevaba 2 hasta entonces!. Todo arrancó con una concatenación de jugadas poco común: ¡3 jugadas de 2+1 consecutivas de base de Suns!.
Como la noche no fue normal en ningún aspecto, se sumaron en el partido a la fiesta de Dragic (17 puntos) y Marcin Gortat (20 puntos, 7 rebotes y fantástico trabajo sobre Marc Gasol) 2 invitados imprevistos: el veterano Jermaine O'Neal y el novato Kendall Marshall. Ambos estuvieron estupendos. Y el equipo ganaba con Jared Dudley negado, Luis Scola jugando sólo 19 minutos y Michael Beasley pensando más en sus problemas de tráfico. El argentino jugó poco, 19 minutos, pero lo hizo bien. Terminó con 10 tantos y 7 rebotes.
Los Suns ganaron anotando 31 puntos en ese último cuarto y superando sus 22 pérdidas de balón ante unos Grizzlies que sufrieron los malos desempeños de Mike Conley y Marc Gasol. El español, con problemas de personales desde la primera parte, acabó con 6 puntos, 3 rebotes y 4 pérdidas. Partido para olvidar.
Los mejores locales fueron el suplente Jarred Bayless -29 puntos- y Zach Randolph, que hizo 21 con 13 rebotes.
Denver gana, Dalembert impresiona
Se cumplieron los pronósticos y Denver ganó 112-104 a Milwaukee tras poner la directa en el cuarto final del partido, pero todos los focos tras el encuentro se dirigieron hacia el haitiano Samuel Dalembert, que dejó atónitos a todos.
Dalembert ya no es un chaval, tal vez por eso sorprende aún más su explosión de anoche. Partió como suplente, jugó 27 minutos y en ese tiempo hizo 35 puntos y 12 rebotes con 17 canastas anotadas de 21 intentos. Sencillamente, asombroso. Lo más destacado tras Dalembert, pues los 5 tapones de Larry Sanders y se acabó. El pívot lo acaparó todo.
Denver recuperó a JaVale McGee tras 3 partidos ausente y tuvo como hombres destacados a Danilo Gallinari -22 puntos-, Ty Lawson –otros 22 con 7 asistencias- y Corey Brewer, que hizo 20. Kenneth Faried firmó un doble doble en estos Nuggets que son una potencia espectacular en el Pepsi Center y que están haciendo una gran temporada.