Debutó el extremeño José Manuel Calderón con su nuevo equipo, Detroit Pistons, su segunda escuadra en la NBA tras haber militado siempre en Toronto Raptors. Fue un extraño estreno en el que se notó bastante que el armador español no había entrenado ni un solo minuto con sus nuevos compañeros.
El equipo fue un desastre en el arranque del partido y al descanso ya había perdido su partido ante los Knicks. A Calderón se le notó una notable falta de conjunción con sus compañeros, de los que desconoce muchos detalles de su juego, por mucho que en los 2 anteriores partidos tomara notas en la banda vestido de traje esperando que se solucionara su problema de visado.
Eso sí, vestido con su número de siempre, el 8, Calde demostró su templanza al ser el máximo anotador de los suyos con 15 puntos tras partir como titular, prueba de la gran confianza que tiene depositada en él Lawrence Frank para poner orden en un equipo tendente al juego anárquico.
Fue, sin duda, una actuación atípica, ya que al no sentir fluidez en el juego, Calderón optó a veces por ser él el que finalizara las jugadas. De ahí que sólo diera 3 asistencias y que la primera no llegara hasta bien iniciado el tercer cuarto. Eso sí, no perdió un solo balón. En parte, también, porque ante esa falta de conjunción optó, con acierto, por arriesgar muy poco con el pase.
Tras el encuentro, el ex Raptor agradeció a través de Twitter el apoyo de sus nuevos compañeros y reconoció que le resultó muy complicado su debut al no haber podido entrenar con ellos.
Y es que, anoche, el protagonista de los Pistons y del partido era el de Villanueva de la Serena, con permiso, claro está, de Walt Frazier, que volvió a sacar a relucir en la retransmisión televisiva del partido su chaqueta de leopardo. Parecía que andaba de safari por la Gran Manzana.