Aguas revueltas en la NBPA, el sindicato que representa a los jugadores de la liga y que preside Derek Fisher. Su cabeza visible desde 1996, Billy Hunter, ha sido apartado de su cargo en medio de un escándalo por presuntas irregularidades y peticiones de dimisión.
La decisión le fue notificada este viernes por el sindicato. “Esta organización ha sido perturbada y no lo vamos a tolerar más. Una acción inmediata era necesaria y se ha tomado para protegeros”, ha asegurado Fisher en un mensaje enviado a los jugadores.
Ron Klempner, uno de los abogados habituales del sindicato, ha sido nombrado para sustituir a Hunter de forma interina hasta que se pueda realizar una votación entre los jugadores para elegir un nuevo director ejecutivo. Sin embargo, el abogado de Hunter ha asegurado que la actuación del sindicato no es legal y podría recurrir la suspensión de éste de sus funciones, que no despido por el momento.
Investigado por malas prácticas
Las actividades de Hunter, cabeza visible en las negociaciones con los propietarios durante el pasado ‘lockout’ han sido investigadas en fechas recientes por una firma de abogados independiente contratada por el sindicato.
En el informe emitido por los investigadores, estos aseguran no haber encontrado evidencias de un uso ilegal por parte de Hunter de los fondos del sindicato, pero afirman que el hasta ahora director ejecutivo ocultó que su actual contrato, firmado en 2010 y por el que cobra 3 millones de dólares anuales, no había sido aprobado, como es reglamentario, por los jugadores –motivo por el que estos piensan que no tienen por qué respetarlo- y le acusan de realizar contrataciones irregulares y de realizar gastos inapropiados en viajes y regalos.
Entre las contrataciones consideradas irregulares o poco éticas por los investigadores estarían la de su hija, su sobrino y su nuera, así como otras personas de su entorno, o los 80.000 dólares gastados en la evaluación de una inversión por parte de una compañía bancaria en la que trabaja su hijo.
La presión de los agentes
Forzado por esas revelaciones, Hunter había comunicado esta misma semana el despido de su hija y su nuera en una carta al comité del sindicato en la que decía “Con suerte, esta decisión terminará con cualquier preocupación que haya podido surgir por su contratación”, aunque recordaba que el informe reconocía que ambas estaban “altamente cualificadas” para desempeñar sus funciones y su salario era el adecuado para el puesto que ocupaban.
Pero se equivocó y la medida no sirvió para calmar ni a los jugadores, ni a sus agentes. Estos últimos han estado a la cabeza de la presión para desalojar a Hunter, al que ya criticaron en su momento duramente por su estrategia en la negociación del último convenio.
Arn Tellem, uno de los agentes más influyentes de la liga, con más de 40 jugadores representados y clientes como Pau y Marc Gasol, Al Horford, Derrick Rose, Russell Westbrook, LaMarcus Aldridge, Brook Lopez o Joe Johnson, envió hace unos días una carta a sus representados en la que pedía a sus jugadores que forzaran la salida de Hunter.
“Los jugadores de la NBA merecen una mejor representación para el sindicato que fundaron. Os imploro a ti y a tus compañeros jugadores que toméis el control de vuestro sindicato y vuestro futuro. Es hora de que el señor Hunter se vaya”, rezaba la misiva enviada por Tellem. 4 días después, Hunter está fuera, aunque el conflicto no está claro que haya terminado.