Si alguna jugada de baloncesto goza de universal y ferviente aceptación, ésa no es otra que colgarse del aro. Llámenla mate, volcada, clavada, hundida o donqueo, qué más da. El vocabulario es amplio para nombrar la jugada que causa más pasión en el basket, símbolo de la espectacularidad llevada al extremo.
Pues bien, hubo una época en la que el espectáculo del mate estuvo proscrito. Si a principios de los 60, la volcada ya era vista como un signo de abuso por parte del alto, una acción irrespetuosa con el rival y poco benéfica para el estatus del que la hacía... en los 70 se pasó de la ley silenciosa que apostaba por su poco uso a la ley sonora y pública que directamente prohibió el mate. No en la NBA, pero sí en la NCAA y en High School.
Fueron años extraños. La Liga Universitaria estuvo casi una década sin llevarse un mate a la boca. Fueron 9 años de bandejas y ganchos. No se rompió ni un solo tablero. Sucedió desde 1967 hasta 1976 y coincidió con el abusivo dominio en la competición colegial de un chaval llamado Lew Alcindor (luego, vía islam, Kareem Abdul-Jabbar) y su equipo, la UCLA de John Wooden, otro señor poco amante del mate.
La NCAA no se cortó a la hora de dejar claro que se trataba de una norma anti-Alcindor. De hecho, la norma fue conocida como “The Alcindor Rule”. ¿Sirvió para parar al futuro Jabbar?. No. Los Bruins de Wooden, conocido como 'El Mago de Westwood', y el todavía no Jabbar, ganaron los 3 títulos en los que el jugador estuvo en liza. Fue una escuadra simplemente imparable. En 2 de esos títulos, los 2 últimos, Alcindor no pudo hacer un solo mate, pero perfiló y pulió la que iba a ser una de sus armas de destrucción masiva: el skyhook.
La regla permaneció en vigor hasta 1976. Eso nos deja una realidad dolorosa vista desde el presente. Chavales como Julius Erving o Darryl 'Baby Gorila' Dawkins no pudieron hacer una sola volcada en su etapa universitaria el primero y en su etapa de high school el segundo. El espectáculo se resintió; los cristales salieron muy beneficiados, eso sí, sobre todo en el caso del señor Dawkins a su paso por el instituto.
Con nuestros ojos, pensar en un baloncesto sin clavadas parece una broma de mal gusto, pero así se escribió la historia. Con el joven Alcindor perfeccionando su 'Gancho del Cielo' y hartándose durante 2 temporadas de anotar falsas bandejas o con el 'Doctor J' esculpiendo en los 70 su maravilloso finger roll para colocar el balón por encima del defensor. Porque los chicos no podían colgarse del aro ni en los calentamientos.
Y a uno le viene a la memoria cuando en el baloncesto FIBA estaba prohibido jugar por encima del aro. Estuvimos décadas y más décadas sin ver un solo alley-oop por estos pagos. Hace daño a los ojos sólo de pensarlo. Algunas prohibiciones resultan sacrílegas. Diseñadas por seres ajenos a este mundo y a las más elementales reglas de la belleza.