El gran partido de la jornada se dirimía en el Staples Center. En él se enfrentaban los 2 mejores del Oeste y las 2 mejores marcas de la competición. Ganó Oklahoma City a Clippers con un gran Kevin Durant. Los angelinos no pudieron contar con Chris Paul, pero tuvieron a un gran Blake Griffin.
Durant configuró una gran terna ganadora con Russell Westbrook y Serge Ibaka. Y el triunfo de los Thunder resultó incontestable.
Mientras, Cleveland derrotaba a Boston con una actuación espectacular de Kyrie Irving, que se fue a los 40 puntos para amargar la noche a un Rajon Rondo que rozó el triple-doble y fue el mejor de los Celtics en todos los aspectos menos en su capacidad para detener a un Irving convertido en personaje de cómic o de videoconsola como héroe enmascarado incontenible.
Los Celtics parecen esta temporada una montaña rusa. Lo mismo entran en racha positiva que negativa. Ahora están en la segunda fase de su mundo bipolar.
OKC se impone con un gran Durant
Partido estelar en el Staples y victoria con total autoridad de Thunder sobre Clippers por 97 a 109, lo que afianza al equipo de Scott Brooks al frente de la Conferencia Oeste con 33 victorias en 42 partidos.
Los Clippers afrontaron el partido sin Chris Paul, y bien que lo notaron. Es cierto que en pasados días acometieron 3 encuentros sin su base estelar y salieron airosos, pero esta vez tenían en frente a OKC y eso son palabras mayores. Notaron los de Vinny Del Negro la baja de su armador titular, sin duda. Aún así, el partido de los Thunder rozó la perfección.
La primera parte resultó igualada (45-49), pero en la reanudación los Thunder pusieron la directa. Ese tercer cuarto resultó crucial. El conjunto de Brooks anotó 33 puntos y pudo afrontar así el cuarto final con 14 puntos de ventaja (68-82) tras llegar a contar con un colchón de 16 tantos (61-77). En este tercer acto toda la maquinaria Thunder funcionó a la perfección, emergiendo además como factor desequilibrante Thabo Sefolosha en ataque. El escolta, un defensor contrastado, se marcó 3 triples en el tercer período, resultando determinante.
Los triples marcaron un abismo entre los dos equipos durante todo el partido. El acierto visitante -15 anotados de 27 intentados- fue colosal. Un auténtico bombardeo de precisión. OKC en líneas generales fue un equipo sin fisuras. Y ahora suma ya 14 victorias en sus 20 partidos como visitante. Un increíble 70% de triunfos.
El de anoche sólo estuvo en duda un momento, pero fue más que fugaz. Los Clippers salieron bien en el último cuarto y con un parcial de 7-0 se pusieron 75-82 en el marcador, pero la cosa no pasó de ahí. Oklahoma puso rápidamente a funcionar toda su maquinaria y llegó a alcanzar otra vez, como en el tercer acto, una ventaja de 16 puntos (85-101) a algo menos de 5 minutos del final. El partido estaba encauzado.
Kevin Durant ejerció durante toda la noche de jugador perfecto. Hizo 32 puntos, capturó 7 rebotes, repartió 7 asistencias y metió 5 triples de 6 intentos. Todo con su estilo sedoso, con su forma silenciosa de asesinar suavemente al rival. Junto a él, un Russell Westbrook que se fue a 26 tantos y un Serge Ibaka sobresaliente que aportó 17 puntos y 9 rebotes y que incluso llegó a meter el triple que probó.
En los locales, enorme Blake Griffin (31 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias), pero demasiado aislado. Apenas le apoyaron, y de forma intermitente, Eric Bledsoe y Matt Barnes, porque Jamal Crawford estuvo bastante activo, pero también bastante desafortunado.
Irving le mete 40 a Boston
Si Durant reventó suavemente a los Clippers, se puede decir, permítanme el símil, que Kyrie Irving abrió en canal a unos Celtics que fueron incapaces de pararle y terminaron perdiendo 95-90 en el Quicken Loans Arena.
El partido nos ofrecía un bello duelo entre dos bases excelentes pero de corte bien dispar: Irving y Rondo. Cada uno hizo muy bien lo que sabe hacer bien, incluso algunas cosas mucho mejor de lo habitual en otros partidos, pero es que Irving llevó esa mejoría al extremo.
Lo del base de los Cavs resultó colosal: 40 puntos, 5 asistencias, 16 de 24 en el tiro de campo y, por si fuera poco, autor de la canasta que mató el encuentro. Llegó esa canasta con 22 segundos por jugar. El resultado andaba en un 90-87 para Cleveland. Irving penetró, Rondo le dio un notable empujón e incluso desequilibrado Irving se sacó un golpe de muñeca para anotar contra tablero. Canasta y personal, 2+1 convertido, 93-87. Se acabó lo que se daba.
El base enmascarado tuvo un perfecto complemento en la pintura, que no fue otro que Tristan Thompson, que terminó con 21 tantos, 9 rebotes y 5 pases de canasta. Y el equipo local, sin amenaza desde el triple y con un rebote frágil, ganó su undécimo encuentro de la temporada a la espera de la llegada de Wayne Ellington, Marreese Speights y Josh Selby.
Boston, mientras, padeció un ataque irregular que le llevó a anotar el 38% de sus tiros y perder 18 balones. Rondo fue su mejor hombre en casi todo, pues acabó como máximo anotador del equipo, 17 puntos, máximo reboteador, 13, y mejor pasador, 8 asistencias. Lo que dice poco a favor del resto. Kevin Garnett logró 16 tantos y 5 tapones y el novato Jared Sullinger, 12 puntos y 10 rebotes. Pero en los Celtics pesó otro mal partido de Paul Pierce, que dio 7 asistencias, capturó 7 rebotes, pero erró 12 de sus 15 lanzamientos a canasta y la permanente desaparición como jugador de un Jason Terry que está haciendo una temporada más que gris.