La posible venta de los Sacramento Kings a un grupo inversor de Seattle cuya intención es resucitar a los SuperSonics parece estar más lejos de concretarse de lo que parecía hasta ahora. George Maloof, uno de los copropietarios, ha asegurado que el acuerdo “no está cerca”.
A pesar de que algunos medios no dudaron en dar por hecho el acuerdo de venta, lo cierto es que, como suele ocurrir en este tipo de operaciones y más cuando implican un posible traslado de la franquicia, las conversaciones son complejas y la consecución de un acuerdo definitivo podría dilatarse en el tiempo cuando no desbaratarse en cualquier momento, algo que ya hemos vivido otras veces.
Ayer mismo, George Maloof, cuarto hermano de la saga familiar que dirige los Kings y supuestamente encargado de representar a la familia en cualquier posible negociación de venta o relocalización de la franquicia, aseguraba a medios locales de Sacramento que un posible acuerdo de venta “no está cerca”.
De igual forma, el Sacramento Bee, diario de referencia en la capital del estado de California, asegura, citando fuentes cercanas a la familia, que si bien han existido conversaciones, de momento, el grupo inversor de Seattle encabezado por Chris Hansen y Steve Ballmer y la familia Maloof ni siquiera han hablado todavía de un posible precio de venta.
Según esas mismas fuentes, los Maloof no habrían tenido contacto con Hansen desde el pasado 1 de enero y no han recibido aún una oferta por el equipo, aunque estarían a la espera de recibirla. En todo caso, según la fuente, los Maloof escucharían la oferta, pero podrían decidir no vender la franquicia.
Sacramento, dispuesta a luchar por su equipo
Por si fuera poco, el Seattle Times publicaba ayer que, según fuentes de la NBA, los Maloof pretenderían mantener un cierto peso en el control del equipo en caso de venderlo, pese a que pasarían a ser accionistas minoritarios, algo que podría convertirse en un serio obstáculo para poder alcanzar un acuerdo.
Tampoco hay que olvidar la reacción que puedan tener las autoridades de Sacramento, con su alcalde, el ex jugador de la NBA Kevin Johnson, a la cabeza. Johnson ha estado trabajando en los últimos años para que el equipo se quede en la ciudad y el miércoles, tras conocerse la posible venta del equipo, ya aventuró que podrían existir contraofertas por parte de grupos de inversores locales interesados en comprar los Kings para mantenerlos vinculados a Sacramento.
El principal candidato local para hacerse con el equipo sería Ron Burkle, un multimillonario magnate del sector de los supermercados, y el comisionado de la NBA, David Stern, aseguró este jueves en Washington, D.C que sería razonable dar a Burkle la oportunidad de igualar cualquier oferta llegada de fuera de la ciudad.
En definitiva, todos los ingredientes para que la posible marcha de los Kings se convierta en un culebrón similar al que vivimos con la aprobación del traslado de los entonces Sonics a Oklahoma City, un asunto que en aquel entonces llegó hasta los tribunales. Pueden que todo se resuelva en unos días o que pasen semanas e incluso meses hasta que sepamos si será Seattle o Sacramento la ciudad en la que jueguen los Kings.