El comportamiento de DeMarcus Cousins va camino de agotar la paciencia de su equipo. Tras su último incidente, una discusión con su entrenador en el descanso del partido que anoche disputaron Kings y Clippers, la franquicia ha decidido suspenderle de forma indefinida.
La sanción la ha anunciado el general manager de los Kings, Geoff Petrie. Los responsables de la franquicia de Sacramento han decidido tomar medidas contra Cousins por su “comportamiento falto de profesionalidad y su conducta perjudicial para el equipo”.
El jugador tuvo una bronca en el descanso del partido que los Kings disputaron anoche en el Staples Center con su entrenador, Keith Smart, cuyo contenido no ha trascendido, pero que llevó al técnico no sólo a prescindir de él en toda la segunda parte, sino a ordenarle incluso que no saliera del vestuario tras el descanso con el resto de sus compañeros.
Las disculpas del jugador, que ha reconocido haberse equivocado por enfrentarse al técnico, no han evitado que la franquicia tome contra él medidas disciplinarias, cuyo alcance habrá de concretarse en los próximos días, aunque no es de esperar que se prolonguen más allá de 1 o 2 partidos.
Cousins tiene un largo historial de incidentes dentro y fuera del vestuario desde sus inicios en la NBA, tanto con otros jugadores como con el personal técnico. Ya en su primer año fue suspendido tras un sonado enfrentamiento con su entonces compañero Donte Greene, después de varios incidentes previos, y este año acumula ya 2 sanciones de la liga, la primera, por retar a un comentarista tras un partido y la segunda y más reciente, por dar un golpe bajo a O.J. Mayo.
El jugador, máximo anotador y reboteador de los Kings, ha asegurado hoy al pedir disculpas que “todos mis errores me hacen madurar”, pero lo cierto es que, a la vista de su reincidencia, no parece que sea así. De no cambiar, habrá que ver hasta dónde llega la paciencia de su franquicia.