Sólo dos partidos en la jornada, pero difícilmente con tan poca competencia se puede generar más polémica. El Heat-Spurs estuvo marcado por la decisión de Gregg Popovich de no alinear a sus estrellas y los 3 segundos finales del Warriors-Nuggets fueron pura dinamita con Andre Iguodala en el centro del foco.
En California, los 3 segundos finales del encuentro entre Golden State y Denver resultaron apasionantes... e interminables. Los colegiados hicieron horas extras con el vídeo mientras la polémica afloraba en la cancha. Hasta 3 decisiones difíciles de tomar en 3 segundos, que se dice pronto. Para remate, el visitante Iguodala metió sobre o fuera de la bocina un triple ganador que finalmente fue anulado para alegría de la afición local.
Mientras, muy lejos de allí, en Florida, Popovich tomó una decisión técnica completamente juiciosa y beneficiosa para su equipo. Dejó fuera de la convocatoria a Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili y Danny Green. El problema esta vez es que el rival era Miami, el duelo era el partido estrella de la jornada y lo televisaba TNT a nivel nacional en horario de 'primetime'. La que se lió fue poderosa, con el comisionado de la NBA, David Stern, advirtiendo antes del partido de que habría sanciones importantes para San Antonio. Luego, Popovich estuvo a punto de arruinar a Stern y dejarle en el más completo descrédito. ¡Porque los Spurs estuvieron a punto de ganar en Miami!.
Lío y morbo en Florida
Gregg Popovich estuvo a punto de humillar a David Stern en Florida. Sí, así como suena. Y no es exageración. Al mandamás de la NBA le sentó muy mal que Popo pensara en su equipo y no en la NBA y los derechos televisivos, y se le calentó la boca antes del encuentro anunciando grandes sanciones para San Antonio por no alinear a sus estrellas. Pues bien, los Spurs cayeron 105-100 tras fallar en el último minuto, pero estuvieron al borde de la machada.
Los visitantes se presentaron sin Duncan, Parker, Ginóbili y Green porque llevaban 5 partidos en 6 días y una interminable ristra de partidos como visitantes en noviembre. Mientras, Miami acudía al encuentro habiendo descansado muchos días (no jugaba desde el sábado). A la decisión irreprochable desde el punto de vista técnico de Popovich, se unían las lesiones de Kawhi Leonard y Stephen Jackson. Así que Spurs acudió a Miami con sólo 9 jugadores disponibles, 9 jugadores que vendieron cara, muy cara su piel.
Ya el primer cuarto empezó a alimentar el gran morbo. Tras un gran final de cuarto, San Antonio terminó arriba por 22 a 27. Para entonces ya había jugado toda su plantilla, los 9, y ya habían anotado 7. Porque esa fue el gran regalo que, una vez más, dieron los texanos a los buenos aficionados al baloncesto: excelsa circulación de balón, escasos egoísmos, reparto de responsabilidades, pensamiento colectivo.
Es verdad que los visitantes perdieron 19 balones, pero no es menos cierto que brindaron un exquisito trato al balón a la hora de moverlo, lo que hizo que el partido se moviera siempre, hasta los segundos finales, en términos de gran equilibrio. Frente a ese sentir grupal, Miami opuso un juego absolutamente apático durante muchos minutos y un esfuerzo realmente notable de sus estrellas para resolver un partido que se complicó, y mucho, por momentos.
Fue en el minuto final cuando se notó el abismo que separaba a las estrellas locales de los secundarios visitantes. A la hora de decidir, LeBron James, con un robo, y Ray Allen, con un triple a 22 segundos del final, fueron letales y los Spurs, con un muy desacertado Gary Neal, fueron simplemente humanos bañados por sus debilidades.
Al final, triunfo de Miami (7-0 en casa) con 80 puntos de sus 4 hombres estelares. LeBron hizo 23 tantos, 9 rebotes, 7 asistencias y 4 robos, Ray Allen sumó 20, Dwyane Wade, el más gris de ellos, añadió 19 y Chris Bosh logró 18 con 12 rebotes.
Los Spurs saltaron a la cancha de inicio con dos franceses, un brasileño, un australiano y un atípico pelirrojo como único representante patrio. Nadie defraudó en el equipo. Gary Neal terminó con 20 puntos y 7 asistencias, pero 7 de 20 en el tiro, un gran Tiago Splitter finalizó con 18 y 9 rebotes y Nando de Colo, excelente, nos dejó 15 tantos, 6 rebotes y 5 asistencias. Y ese pelirrojo patrio, Matt Bonner, firmó un doble doble.
Polémica máxima en California
En el otro partido de la jornada... más madera. Victoria de Warriors sobre Nuggets por 106-105 tras un final no apto para cardíacos, ni para gente con problemas de visión. En los últimos 3 segundos, los colegiados se pasaron más tiempo revisando vídeos que pitando en la cancha. Fue una locura.
Con 106-103 para Golden State, los árbitros pitaron una falta sobre el supuesto triple de Andre Iguodala. Más bien pareció una acción sin derecho a 3 lanzamientos libres, pero tras revisar el vídeo, Iguodala se encaminó a la línea de castigo. Allí, metió los 2 primeros, pero erró el tercero (106-105) y el balón rebotado salió de límites pero sin cambiar de manos. Denver volvía a atacar.
Sacó Denver de banda y el balón dividido acabó fuera. Otra vez, la polémica. No se sabía quién había tocado el último el balón. Esta vez, la decisión también fue favorable a los visitantes, que volvieron a tener otra opción, pero sólo con 3 décimas de segundo por jugar. Entonces, llegó el acabose. Sacaron de fondo, el balón llegó a Iguodala y éste anotó sobre la bocina el triple de la victoria visitante. O eso parecía. Porque le enésima visita a la banda para revisar el vídeo demostró que el triple estaba fuera de tiempo. Y ganaron los locales.
Esa locura se desarrolló en los últimos 3 segundos del encuentro. Por eso este deporte es una maravilla.
David Lee fue la estrella local con 31 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 13 de 15 en el tiro de campo. Klay Thompson logró 21 tantos y 9 rebotes, Stephen Curry añadió 20 puntos, 10 asistencias y 4 robos y el suplente Jarrett Jack hizo 18 tantos. En Denver, 22 puntos de Andre Iguodala, 20 y 9 rebotes de Danilo Gallinari y 17 con 9 asistencias y 4 robos de Ty Lawson.