El regreso de Brandon Roy a las canchas de baloncesto puede haber resultado más que efímero. El jugador que fuera All-Star está ahora mismo meditando si se retira o no definitivamente de la práctica deportiva. Las noticias para el jugador y Minnesota, su equipo, no son buenas.
La artroscopia a la que fue sometida una de sus rodillas esta semana ha revelado que la situación de Roy no ha mejorado. Padece una artritis degenerativa, que se extiende a ambas rodillas, una artritis de Nivel III, a un paso del desastre absoluto, según revela el diario The Oregonian.
Roy ha reconocido su completa decepción. "Si todo acaba en 3 semanas, acaba. Estoy totalmente satisfecho con lo que he hecho", ha señalado el escolta, que bien sabe todo el sacrificio que le ha costado volver al baloncesto después de anunciar su retirada cuando militaba en Portland Trail Blazers la pasada campaña.
Este verano, sin embargo, un rayo de esperanza entró en la vida de Roy. Se sometió a infiltraciones de plasma enriquecido con plaquetas y células madre, un plasma que se infiltra en las articulaciones de la rodilla, y siguió un tratamiento paralelo de musculación y flexibilidad en el gimnasio. Parecía que la cosa había mejorado.
Tanto fue así, que Minnesota le repescó esta temporada para la práctica deportiva y a tenor del contrato firmado -más de 10 millones de dólares por 2 temporadas- parecía que los Wolves tenían plena confianza en su recuperación. O al menos esperaban contar con un Roy menor, pero aprovechable en la manos de su entrenador, Rick Adelman.
La aventura, de confirmarse su retirada, solo habrá durado 5 partidos en los que Roy, que tiene aún 28 años, ha promediado 5,8 puntos y 4,6 asistencias en 24 minutos.