Al escolta de Portland Trail Blazers Elliot Williams le corresponde el triste honor de ser uno de los jugadores más desafortunados en lo que a lesiones se refiere, formando parte además del equipo que peor suerte parece arrastrar en ese aspecto en las últimas temporadas.
El joven jugador de 23 años se ha vuelto a romper antes ni siquiera de empezar a jugar. Williams se dañó el martes el tendón de Aquiles de la pierna izquierda durante un entrenamiento voluntario previo a la pretemporada. Una grave lesión que podría poner en riesgo toda su temporada, algo que no es la primera vez que le ocurre.
El alcance exacto de la lesión y del periodo de rehabilitación necesario no se sabrá hasta que el jugador sea intervenido quirúrgicamente en los próximos días pero, dado el tendón dañado, es de esperar que la baja sea como mínimo de varios meses, e incluso no se descarta que pueda perderse la temporada al completo, pese a que aún falte más de mes y medio para su inicio.
Su caso, desde luego, no es nada habitual. Tres lesiones graves, completamente diferentes y sin aparente relación entre ellas, en menos de 2 años. La desgracia en forma de lesiones parece haberse cebado en él con especial saña, como parece haberlo hecho en su equipo, los Portland Trail Blazers, durante los últimos años.
Williams ya se perdió hace 2 años la que debía haber sido su temporada de debut tras dislocarse la rótula de la rodilla derecha a primeros de noviembre durante un entrenamiento, antes de haber tenido tiempo de hacer su debut oficial.
La pasada temporada, el jugador quería desquitarse de esa mala suerte pero, tras jugar un limitado número de minutos en los primeros 24 encuentros, volvió a lesionarse durante una práctica justo en el momento en que mejor parecía estar jugando. En esa ocasión se dislocó otra articulación, la del hombro izquierdo. Suficiente para no poder jugar el resto del año.