La llegada del argentino Carlos Delfino a los Rockets de Houston obligaba a la franquicia texana a prescindir de un jugador con el fin de poder cumplir con las normas de la NBA, que establecen un máximo de 20 jugadores en pretemporada. Josh Harrellson ha sido el elegido.
El pívot de segundo año formado en la universidad de Kentucky ha sido el sacrificado por los Rockets para cumplir las normas. Harrellson, al igual que otros 3 jugadores de Houston, tenía un contrato de mínimos no garantizado por lo que era uno de los candidatos a ser elegido como descarte, el principal si tenemos en cuenta que su salario hubiera quedado garantizado de no ser despedido antes del jueves.
Tras los intensos movimientos veraniegos, la plantilla de los Rockets resulta ahora mismo caótica y desequilibrada. Con la llegada de Delfino y la salida de Harrellson, en Houston hay ahora mismo 20 jugadores bajo contrato –entre ellos nada menos que 8 ala-pívots, una posición en la que también podía jugar Harrellson-, el máximo permitido en pretemporada y 5 más de los que la NBA fija como máximo para iniciar la temporada regular.
Por lo tanto, Harrellson, que llegó a Houston como parte del acuerdo de firma y traspaso mediante el que los Knicks se hicieron con Marcus Camby, no será el único jugador en abandonar la plantilla de aquí a finales de octubre, cuando se inicie la temporada regular.
Courtney Fortson, Greg Smith y Diamon Simpson, con contratos mínimos no garantizados, tienen todas las papeletas para seguir su camino y aún tendrá que haber al menos 2 descartes más, probablemente en la sobrecargada posición de 4, aunque todo indica que los Rockets agotarán plazos y todas las posibilidades de traspaso que se les puedan presentar antes de tomar una decisión al respecto.